Tráfico

Las distracciones al volante ocasionaron más de 300 fallecidos en 2020

Según informa la DGT en su nueva campaña, el uso del móvil durante la conducción, que es una de las distracciones más frecuentes en la actualidad, multiplica por cuatro el riesgo de sufrir un accidente.

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La Dirección General de Tráfico (DGT) pone en marcha hasta el próximo día 22 de septiembre una campaña específica de vigilancia de las distracciones en la conducción, las cuales siguen siendo el factor concurrente más frecuente en los accidentes mortales.

La iniciativa se enmarca dentro de la campaña 'Operation Focus on the Road' que desarrolla a nivel europeo la asociación RoadPol (European Roads Policing Network) y que este año la han hecho coincidir con la Semana Europea de la Movilidad.

En el año 2020, según señala la DGT -que desde este mes de septiembre penaliza a las personas que estén sujetando el móvil mientras conducen, aunque no lo estén usando-, la conducción distraída o desatenta estuvo presente en el 31% de los accidentes mortales, una cifra que se ha visto incrementada en 3 puntos con respecto a los datos de 2019 y que supone 319 accidentes mortales de los que fue responsable o corresponsable una distracción.

216 cámaras instaladas en carreteras

Además de los agentes de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil que vigilarán las vías interurbanas, también están invitadas a sumarse a esta campaña las policías municipales que pueden llevarla a cabo en el ámbito urbano.

A esta vigilancia a pie de carretera hay que añadir los medios automatizados de los que dispone la DGT con 216 cámaras instaladas en las carreteras, a través de las cuales se puede constatar, entre otras cosas, si el conductor hace uso del móvil mientras conduce.

El riesgo del móvil

Uno de los principales motivos que genera la distracción del conductor es la utilización del teléfono móvil durante la conducción. Su uso multiplica por cuatro el riesgo de sufrir un accidente y el riesgo es equiparable a la conducción con exceso de alcohol.

Un conductor que habla mientras conduce pierde la capacidad de mantener una velocidad constante, no guarda la distancia de seguridad suficiente con el vehículo que circula delante y el tiempo de reacción aumenta considerablemente (entre medio y dos segundos, en función de los reflejos del conductor).

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