Día de los Oceanos

Día Mundial de los Océanos: ¿Se pueden formar nuevos océanos?

Hoy, 8 de junio es el Día Mundial de los Océanos. Se trata de una jornada designada por las Naciones Unidas con el objetivo de que toda la humanidad celebre los océanos y los ponga en valor.

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El Día Mundial de los Océanos se celebra cada 8 de junio. Esta jornada fue instaurada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) de forma oficial en el año 2008 pero la idea inicial surgió en 1992. Fue en Brasil, en la Cumbre de la Tierra que se celebró en Río Janeiro, y quería servir como una especie de recordatorio a todas las personas sobre la importancia que tienen los océanos para el ser humano.

La División de Asuntos Oceánicos y del Derecho del Mar de las Naciones Unidas (DOALOS) junto con la Comisión Oceanográfica Intergubernamental (COI) son las principales instituciones que se encargan de coordinar las diferentes acciones y actividades que tienen lugar en el Día de los Océanos.

La resolución 63/111 de 5 de diciembre de 2008 de la Asamblea General de las Naciones Unidas, que dio lugar a la designación del 8 de junio como Día Mundial de los Océanos, recoge la necesidad de celebrar esta fecha para recordarnos su papel en nuestras vidas. “El propósito de este día es concienciar a la opinión pública sobre las consecuencias que la actividad humana tiene para los océanos y poner en marcha un movimiento mundial ciudadano a favor de los océanos” concluye la ONU.

Importancia de los Oceanos y de este día

Los océanos son vida, como parte del medio ambiente. Ocupan la mayor parte de nuestro planeta y sirven como fuente de alimentos para la población pero también para otros campos como la obtención de medicinas. El 71% de la superficie terrestre es océano. Absorben grandes cantidades de dióxido de carbono (sobre un 30% del total que producimos los humanos) al mismo tiempo que producen oxígeno (especialmente, por medio, del plancton). Por lo tanto, son claves para controlar el impacto del calentamiento global y, aún así, cada vez están más contaminados por culpa de la actividad humana.

En este 8 de junio, Día de los Océanos, debemos tomar conciencia de la importancia que tienen. Cuidar de los océanos es una tarea de todos. En este 2021, el lema central de la jornada es El océano: vida y subsistencia. Porque sin ellos no hay vida.

Según datos de la ONU, el sustento de más de tres mil millones de personas depende de la biodiversidad marina. Si todos emprendemos pequeñas acciones en nuestra vida diaria, podremos ayudar a conservar nuestros océanos en las mejores condiciones. Por ejemplo, reduciendo el plástico que usamos a diario (usando pajitas no desechables, tápers de cristal o bolsas de tela en lugar de plástico), consumiendo pescado y marisco de temporada y de proximidad o recogiendo la basura que dejamos en la playa. Si todos ponemos de nuestra parte en el Día Mundial de los Océanos y durante todo el año, el mundo será un lugar un poquito mejor.

Pero, ¿Se pueden generar nuevos océanos?

La formación de mares y océanos en el planeta es un resultado indirecto de la fragmentación de la corteza por los procesos de convección en el manto. Con el fin de explicar este proceso, tomemos el ejemplo de la Placa Africana, en África del Este, esquematizado en la imagen. Todo inicia con la presión ejercida por el magma (en color rojo) para salir hacia la superficie. Esta presión causa, en primera instancia, el debilitamiento de la corteza y posteriormente su fractura. Aunque la presión ejercida por el magma tiene una dirección general vertical, se produce una fuerza horizontal a partir del eje de máxima presión del magma que fragmenta la corteza terrestre. Como resultado de esto, se forma una extensa fractura que se ensancha con el paso del tiempo.

Al separarse lentamente los bloques de la corteza, la superficie se hunde poco a poco y se forman grandes depresiones (por los esfuerzos de separación). Dentro de estas depresiones surge vulcanismo (el magma ya tiene la posibilidad de escapar hacia el exterior) y, con el tiempo y el aumento en el ancho de las depresiones, estas se van llenando de agua, formando eventualmente los grandes cuerpos de agua que conocemos como mares y océanos. Al quedar cubierto el vulcanismo, se vuelve submarino y las cordilleras volcánicas a lo largo de la fractura toman el nombre de dorsales oceánicas. Rift significa una gigantesca zona de apertura, separación, agrietamiento y fisura en la corteza terrestre.

Una de las muchas cuestiones que exigen atención inmediata en la Conferencia es el impacto del cambio climático sobre el medio marino mundial. Aunque el océano es el hábitat más grande de nuestro planeta y es un sistema que está intrínsecamente ligado a la supervivencia humana, el impacto del cambio climático y del aumento de las emisiones de dióxido de carbono en los océanos se ha visto relegado en gran medida a un segundo plano en los debates sobre el cambio climático. Los océanos, que producen la mitad de todo el oxígeno que respiramos, regulan el clima y la temperatura de la Tierra, nos proporcionan comida y agua y son el hogar de cientos de miles de especies, han sido durante mucho tiempo nuestros mejores aliados en los esfuerzos por frenar el cambio climático. Más del 93%1 de todo el calor que han añadido al planeta las actividades humanas desde la década de 1950 ha sido absorbido por los océanos, pero a un precio que solo estamos empezando a comprender. La elevación de la temperatura y el aumento de la acidificación de los océanos se están ahora haciendo patentes en el derretimiento del hielo marino del Ártico y en la decoloración de los corales. Es necesaria una acción inmediata y debemos utilizar conjuntamente todas las herramientas de las que disponemos: mitigación, protección, restauración y adaptación.

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