La Policía Nacional ha detenido a un peligroso fugitivo que se escondió en una habitación del pánico para evitar el arresto. El prófugo, Mark Alan Lilley natural de Reino Unido y 41 años de edad, fue localizado en un chalé de la localidad malagueña de Alhaurín de la Torre, donde residía con identidad falsa.
La vivienda contaba con una estancia anti asalto, a la que se accedía desde una puerta de seguridad camuflada en el vestidor de su dormitorio, donde se ocultó cuando entraron los agentes. Desde un ordenador controlaba las cámaras de seguridad del circuito cerrado de televisión del chalé.
El ahora detenido fue condenado en el año 2000 a 24 años de prisión por narcotráfico y figura entre los delincuentes más buscados por las autoridades británicas. Una vez que los agentes averiguaron el lugar donde residía el fugitivo, se solicitó el apoyo del Grupo operativo Especial de Seguridad (GOES), que procedió al asalto de la vivienda. En su interior había dos hombres y dos mujeres, pero ni rastro de la persona reclamada.
Los policías realizaron entonces una minuciosa búsqueda por las distintas estancias del chalé y observaron que en un armario, situado en el vestidor del dormitorio principal, había una moldura de madera diferente al resto. Al desmontarla quedó al descubierto lo que parecía ser una puerta de seguridad que daba acceso a lo que se conoce como habitación del pánico, un espacio de seguridad donde buscar protección en caso de sufrir un ataque. Tras intentar abrirla sin éxito, el fugitivo se entregó al no tener otra posible vía de escape.
Los hechos por los que el fugitivo era buscado, se remontan a 1997 y se producen en el Condado de Lancashire. Entonces, una investigación policial reveló que el ahora detenido era considerado el jefe de una organización de narcotraficantes.
El juicio comenzó en febrero del año 2000, y Lilley fue puesto en libertad bajo fianza durante su celebración. Dos meses más tarde no compareció ante el Tribunal para cumplir con las condiciones de su libertad condicional, por lo que fue emitida una orden de detención contra él. El juicio continuó en su ausencia y fue declarado culpable de todas las infracciones, siendo condenado en rebeldía a un total de 24 años de prisión que deberá cumplir en su totalidad.