Denuncia
Desestimada la denuncia de una paciente contra un fisioterapeuta por un masaje de suelo pélvico: "¿Mejor?"
El tribunal concluye que pese a que no existió un consentimiento por escrito para realizar técnicas intracavitarias, no supone una agresión sexual
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La historia, que termina con un final feliz para el acusado, comienza el Vigo. La denunciante sufría una dispaurenia, un dolor que se puede producir en las relaciones sexuales, y una endometriosis, una enfermedad que provoca una dolor muy intenso en la pelvis. Tras medicarse, su ginecólogo le recomendó un centro de rehabilitación en un Punto de Atención Continuado de la ciudad. Es por esto que estaba siguiendo una terapia de suelo pélvico con el fisioterapeuta ahora denunciado.
Todo ocurrió en la sexta sesión del tratamiento, cuando el profesional realizó técnicas intracavitarias para relajar la musculatura pélvica, siguiendo los protocolos habituales para masajear esta zona. En primavera de 2022 ella asegura que no firmó ningún consentimiento para que se le llevase a cabo ese tratamiento que consideró "abusivo".
El fisioterapeuta le preguntó "¿Estás bien?" y "¿Mejor?", para que ella le respondiese y saber así cómo graduar la presión en su cavidad. La mujer, entonces, le denunció por agresión sexual.
El denunciado explicó al juez que los consentimientos de los pacientes no suelen darse por escrito, si no de un modo verbal y, además, alegó que fue un ginecólogo el que recomendó a la mujer que fuese a verle para someterse al tratamiento.
Tras el archivo del caso, la mujer apeló a la Audiencia de Pontevedra
El Juzgado de Vigo decidió archivar el caso y la mujer apeló a la quinta sección de la Audiencia de Pontevedra, e insistió en el delito. El tribunal concluye en una sentencia, fechada en abril, que aunque hubiese falta de consentimiento informado no ve indicios de delito sexual.
Se argumenta, además, que "una cosa es el consentimiento informado para que, recibiendo un tratamiento rehabilitador de una dolencia se emplee en él una técnica determinada, y otra muy distinta la falta de consentimiento para realizar actos de contenido sexual".
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Se entiende, por tanto, que el fisioterapia no estaba actuando "para satisfacer sus deseos sexuales", sino para ejercer su profesión. Entonces, y tras la desestimación de la denuncia, se afirma que no se precisa un consentimiento escrito para poder realizar un masaje pélvico por parte de un profesional que ha informado, previamente, a su paciente de un modo verbal.
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