Madrid y Barcelona

Desarticulada una organización criminal transnacional dedicada a la trata de mujeres que actuaba en España

La red ha sido desmantelada gracias a la detención de seis individuos en Madrid y Barcelona. El entramado captaba a jóvenes de origen bosnio y croata para obligarlas a prostituirse y cometer hurtos.

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La trata de mujeres es una de las modalidades de la trata de personas más practicadas en el mundo. Esta se presta a la esclavitud sexual y a la venta de la mujer como objeto sexual. Hoy viernes 16 de junio, la Policía Nacional y los Mossos d'Esquadra han desmantelado una organización criminal transnacional dedicada a la trata de mujeres.

Los agentes han podido desarticular esta red al arrestar a cuatro personas en Sabadell (Barcelona) y dos en Alcorcón (Madrid), decretándose prisión provisional para estas dos últimas. El entramado captaba a través de engaños y falsas promesas de oportunidades laborales, a mujeres muy jóvenes de origen bosnio y croata para forzarlas a prostituirse y cometer hurtos, según ha informado la Policía. Nacional.

Las víctimas, de entre 18 y 25 años, eran explotadas sexualmente en pisos en A Coruña, Toledo y Cáceres. Por ahora, cuatro de estas jóvenes han sido liberadas.

Una investigación aún abierta

La compleja investigación ha logrado desarticular éste entramado criminal que actuaba en España y que formaba parte de un grupo más amplio de organizaciones compuestas por clanes de origen bosnio repartidas por toda Europa dedicadas a la comisión de diversos delitos, según Europa Press.

En la operación con la colaboración de EUROPOL y de la Consejería de Interior en Alemania se han llevado tres registros domiciliarios. En estos, se han intervenido, entre otros objetos, cuatro diamantes y siete relojes de lujo valorados en 655.000 euros. No obstante, la operación policial continúa abierta y no se descartan más detenciones.

Subyugadas, vendidas y sin voluntad

La organización criminal captaba a jóvenes en sus lugares de procedencia a una temprana edad. Aprovechando su bajo nivel sociocultural y económico, eran engañadas con falsas promesas de una vida mejor fuera de su país y con la obtención de unos ingresos con los que ayudar a sus familias.

Una vez dentro de la organización, las víctimas sufrían un ambiente de extrema violencia sobre ellas que en ocasiones se traducía en agresiones sexuales. Las mujeres eran desposeídas de su voluntad y subyugadas por unos explotadores que las exigían semanalmente una gran cifra económica, en algunos casos hasta 5.000 euros, que debían obtener ejerciendo la prostitución y cometiendo hurtos.

Para afianzar dichas conexiones, los cabecillas vendían a sus propias hijas menores de edad, contrayendo matrimonio con varones de otros clanes, según ha informado la Policía.

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