Fiestas patronales

¿Cuánto piden Melendi, Ana Mena, Camela o Celtas Cortos por tocar en tu pueblo?

Las orquestas son los grandes desconocidos y, aun así, los más aclamados en esta clase de eventos. No llenan grandes estadios, pero sí hacen lleno total en la plaza.

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Cuando hablamos de verano, a la cabeza se nos pueden venir cosas como el sol, la playa y nuestro pueblo de toda la vida y sus fiestas populares. Una época en la que muchos de los mayores artistas de nuestro país hacen su 'tour' por estos escenarios, en los que los reyes son las orquestas.

Si las costas son la imagen del verano, las fiestas populares son la música. A lo largo de todo el verano, los artistas recorren estos lugares para animar la celebración, y su presupuesto no es precisamente pequeño, aunque depende de cómo y cuando sea el espectáculo.

El caché de los grandes artistas

Por Melendi, por ejemplo, se puede llegar a pagar la friolera de 105.000 euros por una actuación, mientras que una artista en auge como Ana Mena cobra entre 40.000 y 92.000 euros. Camela y Celtas Cortos, dos grupos que no pueden faltar en estas fiestas, tienen un precio de entre 30.000 y 60.000 euros y alrededor de 18.000 euros, respectivamente.

De esta manera, para escuchar temas como 'Caminando por la vida', 'A Un Paso De La Luna', 'Cuando zarpa el amor' o '20 de abril' en el centro del pueblo, los alcaldes deben aflojar la cartera.

Las orquestas, las reinas de las fiestas patronales

Sin embargo, la mayoría de los escenarios de los pueblos españoles son llenados por orquestas, y estas tampoco cobran poco. Los ayuntamientos pueden llegar a desembolsar, por una orquesta grande, más de 30.000 euros.

Las orquestas son los grandes desconocidos y, aun así, los más aclamados en esta clase de eventos. No llenan grandes estadios, pero sí hacen lleno total en la plaza. Uno de ellos es 'Unión y Fuerza', y suman muchos conciertos en verano porque es temporada alta para la orquesta.

Durante estos dos meses, los cinco miembros de esta orquesta, cuatro de ellos familia, montan y desmontan su equipo para ir de un pueblo a otro y no pasan por casa. "Nos gusta ir a los pueblos y hacer a la gente feliz", explica Valdo, "vemos poco a las novias, pero es lo que hay", añade Samuel.

Su temporada estival es un no parar "hasta el 31 de agosto", y tienen tantos kilómetros en las ruedas como fans en las plazas. "Hacemos, cada verano, sobre 150 conciertos", asegura Dani, el teclista de la orquesta.

Viven encima de un escenario, reparten música y ponen banda sonora a la juerga de las fiestas patronales. La pandemia les paró, pero han vuelto con mucha más fuerza que nunca para cantar canciones de toda la vida, bailadas, coreadas por miles de gargantas hasta que el verano acabe.

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