Sequía

El calvario de Alicún de Ortega que en pleno mes de agosto depende de un camión cisterna para tener agua potable

La escasez de agua potable obliga a los vecinos a depender de un camión cisterna y a extremar cuidados. El problema comenzó el pasado 12 de agosto, cuando el Ayuntamiento comunicó que el pozo que abastecía al municipio se había quedado sin agua

Cuando abrir el grifo no basta: el calvario de Alicún de Ortega que en pleno mes de agosto depende de un camión cisterna para tener agua potable

Cuando abrir el grifo no basta: el calvario de Alicún de Ortega que en pleno mes de agosto depende de un camión cisterna para tener agua potableAntena 3 NOTICIAS

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La vida cotidiana ha cambiado por completo en Alicún de Ortega, un pequeño pueblo de los Montes, desde hace casi tres semanas. El agua que sale del grifo no es potable, por lo que al no ser apta para el consumo, los vecinos dependen de un camión cisterna situado en el campo de fútbol para cubrir las necesidades más básicas. Numerosas familias hacen cola con garrafas y carros de la compra para llenar los recipientes que luego almacenan en casa.

La presión del verano

El problema comenzó el pasado 12 de agosto, cuando el Ayuntamiento comunicó que el pozo que abastecía al municipio se había quedado sin agua. Un vecino propuso diversas alternativas; sin embargo, no resultaron válidas al no cumplir con las normas de salubridad. Dos días después, la Diputación de Granada envió un camión cisterna, que sigue siendo, a día de hoy, el único suministro de agua potable para los cerca de 450 vecinos del municipio.

El alcalde de Alicún de Ortega, Rafael Marín (PSOE), ha reconocido que la situación se ha intensificado durante el verano, cuando la población del municipio se triplica con las fiestas y la llegada de familiares. Aun así, destaca la responsabilidad mostrada por los vecinos y los constantes trabajos para restablecer el servicio de suministro de agua lo antes posible. Mientras tanto, el Ayuntamiento solicita que se limite el riego de jardines, el lavado de coches y cualquier consumo excesivo de agua.

Impacto en los vecinos

La incertidumbre de no saber cuándo llegará la solución genera malestar y resignación entre los afectados. Muchos vecinos han reducido la duración de sus duchas, retrasan el uso de lavadoras e incluso reutilizan el agua acumulada en cubos. “No sabemos cuánto va a durar esto”, comentan en las calles, donde la indignación se mezcla con la rutina de cargar garrafas para poder tener agua.

Pese a ello, esta situación es bien conocida, ya que no es la primera vez que ocurre. Los vecinos más antiguos recuerdan largas y recurrentes interrupciones en barrios como La Estepa, donde las reservas llegaban a ser muy bajas. Estas experiencias han provocado hábitos de aprovechamiento extremo, como llenar bañeras y almacenar agua en recipientes para poder sobrellevar los cortes.

Por el momento, el Ayuntamiento se encuentra analizando muestras del camión cisterna dos veces al día para garantizar que el agua mantenga su calidad. Sin embargo, todos los vecinos se hacen la misma pregunta: ¿cuándo volverá a salir agua potable de los grifos?

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