Asesinato

El crimen del prestamista: mata ahora a un hombre a puñaladas por hacerle perder su casa hace una década

El hombre perdió su casa por un préstamo y se encontraba compartiendo piso con otras personas.

Imagen de archivo de un cuchillo, dinero y sangre

Imagen de archivo de un cuchillo, dinero y sangrePixabay

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Felipe A. R. no acudió a la carnicería en la que trabajaba el pasado 20 de septiembre. En su lugar se dirigió hacia la inmobiliaria Golden Star. Cuando vio llegar a Francisco Javier Rodríguez Tobajas no lo dudó y le asestó dos puñaladas que resultaron mortales, una en el cuello y en el tórax.

El hombre se desangró en pocos minutos mientras Felipe le miraba impasible. Poco después se alejó con paso tranquilo, y a unos 100 metros del crimen, se deshizo del arma lanzándola por encima de la tapia hacia el interior de un centro geriátrico.

Los agentes recuperaron el arma después y le detuvieron a las 13.59 horas en la confluencia de las calles María Cristina y Duque de Rivas, mientras intentaba limpiarse la sangre. Cuando los agentes le detuvieron preguntó si la víctima había muerto, cuando le dijeron que sí, el hombre les dijo: "Ahí está bien". La frialdad con la que les habló sorprendió a los agentes.

Sus compañeros de la carnicería le describen como "cumplidor", "formal" y "nada problemático". ¿Qué podría llevar a alguien aparentemente estable y tranquilo a cometer un crimen así?.

Según señala 'La Nueva España', la víctima había sido prestamista durante algunos años. Durante la crisis económica de 2008, la mujer de Felipe acudió a Francisco para que le prestara un dinero.

Cuando fueron a firmar para que les prestara 3.000 euros, Felipe vio las condiciones y le dijo que eran abusivas. El carnicero intentó rescindir el contrato, pero el prestamista le dijo que ya no podían echarse atrás. Finalmente tuvieron que devolver más de 17.000 euros el prestamista. Como no podían hacer frente al pago, decidieron pedir otro crédito a un segundo financiero al que tuvieron que reintegrar otros 20.000 euros.

Finalmente, perdieron la casa que habían avalado con los créditos. En 2014 la familia fue desahuciada, poco después el matrimonio terminó divorciándose y Felipe tuvo que comenzar a compartir piso.

Desde entonces culpaba de todos sus males a Francisco y cuando se encontraba en dependencias policiales aseguró que el prestamista le "arruinó" la vida. El hombre se encuentra en prisión provisional, comunicada y sin fianza. Se enfrenta a una posible condena de 20 años por asesinato.

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