Ni el intenso temporal, que mantiene en alerta a varias comunidades del país por nieve, frío y fuertes rachas de viento, ni el coronavirus han podido empañar la noche más mágica del año, la de la llegada de los Reyes Magos de Oriente.
Sin embargo, Melchor, Gaspar y Baltasar, al igual que el resto de población, se han tenido que adaptar a la nueva realidad de la pandemia. Sus majestuosos trajes los han complementado con la mascarilla y han cambiado los camellos, su tradicional medio de transporte, por otro más seguro. Han hecho todo lo necesario para conseguir estar a tiempo en las casas de todos los niños españoles. Y lo han conseguido.
Ilusionante mañana de Reyes
Sus Majestades de Oriente han sido fieles a la cita que todos los años tienen con los pequeños de la casa. No han querido participar en grandes cabalgatas para evitar aglomeraciones y la consiguiente transmisión del virus. Su trayecto en esta ocasión lo han realizado casi de puntillas.
En el Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla, los pacientes ingresados pudieron hablar con Melchor, Gaspar y Baltasar a través de una videollamada. Precisamente hasta Andalucía llegaron en globo aerostático, para sorpresa de todos. En Asturias se presentaron en coches descapotables desde los que saludaron a los ciudadanos. Y en Logroño decidieron aparecer en helicóptero, para más tarde realizar un recorrido en autobús por la ciudad.
Nada despierta tanta emoción, principalmente entre el público infantil, como la mañana del 6 de enero. Aunque este 2021 será recordado porque los Reyes Magos no han podido estar con la gente de la misma forma que en años anteriores. No han podido dar besos y abrazos mágicos y tampoco desfilar en sus imponentes carrozas por todo el territorio nacional. Sin embargo, han vuelto a ser el motivo de las sonrisas y las caras de felicidad de los niños españoles que ansiosos se han despertado para ver lo que los magos de Oriente les habían dejado.