Dejaron morir a un hombre y lo descuartizaron para conseguir la droga

Publicidad

red de narcotraficantes

Condenas de hasta 23 años de cárcel para cuatro narcos que dejaron morir y descuartizaron a un 'mula'

La sentencia considera probado que los condenados eran miembros de una red de narcos que introducía cocaína en España y Suiza procedente de República Dominicana y que usaron desde 2011 como 'mula' a un joven gijonés que les debía entre 12.000 y 14.000 euros por su adicción a las drogas.

La Audiencia Nacional ha condenado a penas de entre 20 y 23 años y medio de cárcel a cuatro miembros de una red de narcotraficantes por dejar morir y descuartizar luego a una persona de su organización que hacía de 'mula' y que falleció al reventar una de las 67 bolsas de cocaína que había ingerido.

La sección tercera de la Audiencia condena por delitos de homicidio y contra la salud pública al líder de la red, Heriberto Reyes, Yoni (condenado a 23 años y medio de prisión), y a sus tres directos colaboradores, Benjamín Guzmán, Alexander Méndez y Alba Leidy Cabrera -sobrina de Reyes-, a los que les impone una pena de 20 años de cárcel.

La sentencia considera probado que los condenados eran miembros de una red de narcos que introducía cocaína en España y Suiza procedente de República Dominicana y que usaron desde 2011 como 'mula' a un joven gijonés que les debía entre 12.000 y 14.000 euros por su adicción a las drogas.

Este joven comenzó trasladando la droga desde República Dominicana hasta España, pero luego pasó a hacer el trayecto de España a Suiza, a donde solía viajar acompañado de Reyes, que residía en el país helvético. Relata cómo en 2014 el joven empezó a sentirse mal y tenía intención de abandonar esta actividad, puesto que había sangrado y tenía dolor de estómago, pero que accedió a una nueva ingesta por miedo a represalias, porque Reyes "le había manifestado que habían matado a quien les había traicionado".

Así, la última ingesta fue el 7 de julio de ese año en un palacete que los condenados habían alquilado en Villadiego (Burgos), desde donde iba a viajar a Suiza, pero, tras tragarse las cápsulas, empezó a vomitar y a tener convulsiones en presencia de la mujer condenada y de Méndez (que era su pareja), que no hicieron nada para ayudarle, pero sí avisaron a Reyes, quien acudió al lugar, les dijo que se marcharan y que avisaran a Guzmán.

El 'mula' murió al día siguiente a causa de la droga, y Reyes, con el fin de recuperar las cápsulas, abrió su abdomen y las extrajo, tras lo que los condenados desmembraron el cuerpo y lo introdujeron en una maleta, que el líder de la red dejó abandonada en Francia en su camino a Suiza.

Este viaje lo hizo Reyes, explica la sentencia, con las cápsulas de cocaína en el panel de la puerta del conductor y con el cadáver del joven en el maletero, que dejó en una zona boscosa de la localidad de Tarnès (Francia) después de cruzar la frontera por Irún.

El 9 de julio Reyes fue detenido cuando intentaba cruzar la frontera a Suiza y se le intervinieron las cápsulas de droga, que tenían el ADN del "mula" y pesaban 800 gramos, un hecho por el que ha sido condenado a 4 años y medio en Suiza por tráfico de estupefacientes.

La sala condena a los acusados a 10 años de cárcel de un delito de homicidio porque, aunque desconocieran el estado de salud del joven, eran sabedores de que, si se rompían las cápsulas, "la muerte es inevitable" y más habiendo sido advertidos por el joven de sus problemas físicos. "No es que Heriberto Reyes y el resto de los miembros de la organización quisieran la muerte" del joven, dicen los jueces, pero sí "aceptaban y asumían" que podía ocurrir.

En cuanto al delito de narcotráfico, por el que condena a 13 años y medio a Reyes y a 10 años al resto, afirma que su forma de operar "revela la existencia de una organización criminal en la que se vislumbra un reparto de papeles plenamente definidos entre el jefe y los restantes condenados".

Considera probado que todos colaboraron en la extracción de las bolsas de cocaína ingeridas por la víctima y, en el caso de Reyes, le impone la pena más elevada por este delito (18 años, a los que descuenta los 4 años y medio que ha cumplido en Suiza) por ser el cabecilla y destaca que "además de ser un conocido traficante de drogas, se ensañó con la víctima hasta descuartizarla".

Publicidad