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EN UNA ESCUELA RURAL DE EL MONTSENY
Condenado a 30 años un profesor por tocar a alumnas de hasta ocho años en Barcelona
La Audiencia de Barcelona ha condenado a un profesor de una escuela rural de El Montseny, en Barcelona, a 30 años de cárcel por hacer tocamientos a seis niñas, de entre 5 y 8 años, mientras se sentaban en su regazo. Ttambién deberá indemnizar con 10.000 euros a cada una de las menores y se le inhabilita para ejercer como profesor durante diez años.
La Audiencia de Barcelona ha condenado a 30 años de cárcel, con un límite máximo de cumplimiento de 15 años, a un profesor de una escuela rural de El Montseny (Barcelona), por hacer tocamientos a seis alumnas, de entre 5 y 8 años de edad, mientras se sentaban en su regazo.
En la sentencia, la sección décima de la Audiencia de Barcelona también condena al profesor, Jordi Alonso Callejo, a indemnizar con 10.000 euros a cada una de las menores, le impone una pena de la libertad vigilada durante los siete años posteriores a su salida de la cárcel y le inhabilita para ejercer como profesor durante diez años más.
El tribunal da plena validez al relato incriminatorio de las víctimas y concluye que el acusado cometió seis delitos continuados de abuso sexual cuando, llevado por el ánimo de satisfacer sus deseos libidinosos, aprovechó la realización de actividades escolares en las que el contacto entre el profesor y alumna era más próximo y cercano, tanto en el interior del aula como en el patio, para sentarlas en su regazo y tocarles sus partes íntimas.
El profesor, que fue denunciado por las niñas y por la conselleria de Enseñanza -que acordó apartarle cautelarmente de sus funciones como docente en centros públicos-, cometió los abusos de forma continuada durante los cursos 2011 y 2013, en los que sus víctimas tenían entre 5 y 8 años de edad. Cinco de las alumnas acabaron cambiando de escuela y dos de ellas -que tenían cinco años cuando fueron víctima de los abusos- sufrieron una fuerte erotización prematura en sus comportamientos.
"El daño moral es siempre difícilmente evaluable, pero el Tribunal no tiene ninguna duda en afirmar que cuando una menor de edad es sometida a un abuso sexual de forma continuada, viciada por una relación de abuso de superioridad con incapacidad para poder reaccionar, está sufriendo un ataque muy grave a su dignidad y autoestima, lo que provoca daños psicológicos", advierte la sentencia.
El tribunal remarca que las alumnas han tenido que someterse a sesiones psicológicas y que, al tener que cambiar de escuela, han modificado su proyecto de vida, ya que algunas han cambiado incluso de domicilio. "Los hechos son graves, las edades cortas y, aunque no se aprecian secuelas psicológicas, los peritos no descartan su posible influencia en su desarrollo sexual futuro", sostiene el fallo.
Para el tribunal, el relato de las menores -que no comparecieron en el juicio ya que se dio por buena como prueba pre-constituida su declaración en fase de instrucción- resulta "creíble" y "convincente". "Cada una, de forma distinta y a su manera, y sin olvidar la corta de edad de éstas ... explican aún con reticencias -por vergüenza, temor, rechazo a lo vivido- lo que el profesor Jordi les hacía", resalta el fallo.
Pese a que dos de las alumnas no llegaron a acusar directamente ante el juez de instrucción al profesor, el tribunal también concluye que fueron víctimas de abusos sexuales, porque así lo sostuvieron ante sus padres, ante los médicos que las atendieron y porque también lo corroboran sus compañeras.
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