Pornografía infantil

Condenado a 12 años de prisión un profesor por grabar a sus hijos y otros menores: "Se me fue de las manos, pidó perdón"

El hombre instaló una cámara en el baño de su casa con la que grabó a sus hijos y a amigas de ellos.

Operación contra la pornografía infantil

Operación contra la pornografía infantil EFE

Publicidad

Un profesor de instituto ha sido condenado a 12 años y tres meses de prisión por instalar una cámara en el baño de su casa, donde grabó a su hija menor de edad y a una amiga de ésta mientras se cambiaban o se duchaban. Además encontraron que en un disco duro tenía multitud de archivos de pornografía infantil. El hombre también ha quedado inhabilitado para ejercer como docente durante 32 años.

Uno de los hijos del procesado fue el que descubrió las imágenes mientras usaba el ordenador familiar. El chico descubrió que entre las imágenes había vídeos en los que se reconoció a sí mismo, a sus hermanos y a una amiga de su hermana en el baño de casa. La cámara estaba enfocada de manera que se podían ver partes íntimas y se les reconocía perfectamente.

El hombre ha declarado que "no había delinquido nunca" antes de los hechos y que no ha vuelto a delinquir después. También ha sostenido que cuando fue "consciente" buscó ayuda psicológica para intentar "arreglar" las cosas. "Pido perdón a todo el mundo y quiero expresar mi arrepentimiento por lo que hice", ha dicho el profesor.

Conversaciones con una menor

Por otro lado, el hombre ha reconocido también haberse valido de un perfil falso en redes sociales para contactar con una menor y ganarse su confianza para conseguir que le enviara imágenes sexuales.

La joven ha contado que el perfil le respondió a una historia de Instagram y empezaron a hablarse por esta red social, y a partir de ahí intercambiaron números de teléfono y comenzaron a hablar por WhatsApp. "Me dijo que tenía 17, y después dijo que cumplía los 18", ha detallado la menor, que ahora tiene 17 años. El hombre comenzó a pedirle fotografías e incluso un vídeo íntimo, y ella accedió. En algún momento le llegó a plantear verse en persona, pero nunca llegaron a concretarlo.

La menor no tenía la menor idea de que con quien se estaba mensajeando era un adulto mucho mayor que ella. Se enteró cuando un Juzgado la llamó a declarar. Como consecuencia de estos hechos sufrió ansiedad y ha requerido tratamiento psicológico.

Publicidad