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Coronavirus aire

¿Cómo y cuándo se puede contagiar de coronavirus una persona que está en un restaurante?

En un local amplio y bien ventilado, el riesgo de contagio para 10 personas que comen durante 1 hora, estando una de ellas infectada de coronavirus, no llega al 1%. Si se duplican las condiciones, el riesgo también lo hace.

Los expertos en la trasmisión de enfermedades siguen alertando de que el coronavirus está en el aire. José Luis Jiménez, experto español en aerosoles, calcula cómo y cuándo se producen los contagios en un bar o restaurante.

En un local amplio, de unos 50 metros cuadrados, ventilado, con 10 personas reunidas durante 1 hora y una de ellas infectada es probable que no se contagie nadie o, como mucho, 1 persona ya que el riesgo es del 0,47%.

Si se doblan al aforo y el tiempo, y la ventilación no es buena, el riesgo se multiplica y asciende al 2,7%. En ese caso, el infectado podría contagiar a otras 3 personas.

Por este motivo, recomiendan medir la calidad del aire del local y vigilar la ventilación antes que poner gel de manos.

De hecho, este experto en aerosoles y profesor en la Universidad de Colorado, a través de un extenso hilo de Twitter, asegura que cada vez está más claro que el coronavirus "está en el aire". Esta pandemia ha sido tan difícil de controlar porque "nos han hecho defendernos y gastar muchos recursos en vías de transmisión poco importantes, y han ignorado las medidas de protección que de verdad sí funcionan", explica

En este sentido, Jiménez dice que "hemos estado desinfectando como locos" cuando el virus se transmite mal por las superficies. Aún así, recuerda que es muy importante seguir lavándose las manos y que la mascarilla esté bien ajustada a la cara para impedir que entre el virus por los huecos o bolsas que a veces se generan.

La ventilación, afirma, debe ser "cruzada, continua, distribuida y medida" y es importante "mantener siempre abierto cuando compartimos aire".

También critica la lentitud de la Organización Mundial de la Salud para comunicar los avances en las investigaciones sobre la transmisión del virus y asegura que "están atrapados en un error de 1910 por el dogma de las gotas".