Prevención

Cómo actuar en caso de fuga de monóxido de carbono

El monóxido de carbono es un gas invisible y silencioso y por tanto a veces se puede pasar por alto lo peligroso que es ya que puede causar la muerte en apenas minutos.

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Esta pasada madrugada se han hallado cuatro cadáveres en un domicilio situado en el casco histórico de Toledo: tres hombres y una mujer muertos que han sido localizados tras una llamada de alerta de uno de los allegados de los fallecdos después de que no supiese nada de él desde el viernes.

Una de las principales hipótesis que se bajaran sobre la muerte es la intoxicación por monóxido de carbono (CO). Pero, ¿Qué es este gas y cómo se actúa en caso de fuga?

Qué es el monóxido de carbono

El monóxido de carbono está identificado como un gas que, tal y como lo describe la Agencia de Sustancias Tóxixas y Registro de Enfermedades, es incoloro y no irradia ni olor y tampoco sabor. Normalmente se encuentra tanto al aire libre como en hogares ya que proviene de fuentes tanto naturales como artificiales. La fuente humana más importante de monóxido es el tubo de escape de un coche aunque también se da en lugares como por ejemplo calderas o estufas. De hecho, una de las principales hipótesis de lo sucedido en Toledo es que haya sido una estufa y el gas que desprende.

Este gas puede entrar en nuestro cuerpo cuando respiramos. Éste entra directamente, recorriendo la sangre, cerebro, corazón y músculos. Sale cuando exhalamos a través de los pulmones, aunque no inmediatamente. De hecho, se tarda un día entero para que el monóxido abandone el cuerpo. Respirar niveles altos de este gas puede ser fatal, sobre todo si se sufre de enfermedades del corazón o del pulmón.

Dónde se encuentra el CO

El Centro Nacional de Salud Ambiental asegura que al menos 420 personas mueren en Estados Unidos por intoxicación accidental por monóxido de carbono y que por tanto lo primero que se tiene que tener en cuenta es que hay que identificar las fuentes de monóxido de carbono para mantenerlas o bien alejadas o bien en perfectas condiciones para que no se produzcan fugas.

El CO se encuentra en gases producidos por calderas, calentadores de queroseno, vehículos cuyos motores se calientan en garajes, en estufas, lámparas portátiles o faroles, generadores portátiles o quema de carbón o madera.

El origen del monóxido está en la raíz de la combustión de cualquier material formado por una base de carbono y por eso, en el hogar, son las fuentes energéticas. Estos aparatos normalmente suelen contar con sistemas de ventilación, junto con mantenimiento y buenas prácticas de uso con el objetivo de evitar la concentración de estos gases nocivos. Sin embargo, todos los aparatos anteriormente mencionados están expuestos a errores y pueden provocar una fuga.

¿Cómo identificar una fuga?

Como se ha dicho anteriormente, este gas tiene las características de ser inoloro, sin sabor e incoloro y por lo tanto es muy complicado detectarlo. De hecho, en la mayoría de casos en los que los seres humanos se han percatado de la fuga, ha sido porque han comenzado a notar síntomas de aspiración de este gas. El Sistema Global de Emergencias señala los siguientes síntomas:

  • Dolor de cabeza: una de las primeras señales de la intoxicación por CO es el dolor de cabeza que puede llegar a ser intenso, aunque se puede confundir con otras causas de dolor de cabeza.
  • Mareo y debilidad: a parte del dolor de cabeza puede venir posteriormente el mareo, la falta de oxígeno, debilidad.
  • Náuseas y vómitos: debido a la falta de oxígeno.
  • Dificultad para respirar.
  • Confusión y pérdida de conciencia: la falta de oxígeno lleva a la pérdida de facultades como la conciencia. Estos síntomas ya son graves.

A esto, se añade también la posibilidad de detectar este gas a través de detectores de monóxido de carbono y también otras señales como la aparición inusual de humedad (la composición de este gas puede provocar humedad) o incluso pilotos lumínicos que se apagan y se encienden durante el uso normal.

Qué hacer ante la fuga

Si se corrobora que se está dando una fuga de monóxido de carbono, es necesario tener en cuenta algunos factores. En primer lugar, si se detectan indicios, no se debe desatender ya que podría derivar en problemas graves. Se deben abrir puertas y ventanas, cualquier salida de aire es buena. De hecho, es recomendable abandonar el lugar donde se está produciendo la concentración del gas y llamar a emergencias o bomberos. Posteriormente se necesita encontrar la fuente emisora del gas para detenerlo.

Para evitar estas situaciones es recomendable revisar con periodicidad los aparatos que pueden ser fuente.

¿Cómo prevenir una fuga?

Existen una serie de medidas y consejos que benefician a la prevención de que este gas pueda afectar gravemente a la salud. Entre algunas de las medidas están: la instalación de detectores de monóxido de carbono, revisión regular de aparatos de calefacción y combustión, ventilación adecuada de los domicilios, no usar calefacción en áreas mal ventiladas y un uso correcto de estos aparatos. Además, es necesario que todos los años un técnico cualificado dé el visto bueno al mantenimiento de la calefacción, calentadores o cualquier otro aparato que funcione con gas, petróleo o carbón.

En cuanto a los coches, como se ha dicho anteriormente es una fuente de gas monóxido de carbono muy fuerte y por lo tanto no hay que dejar el motor en marcha en un lugar cerrado, ni tampoco hacerlo funcionar cerca d euna ventana o puerta de salida por donde puedan entrar los gases que salen del tuvo de escape.

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