Coronavirus
Comienza el confinamiento en Cantalejo y Carrascal del Río para evitar los contagios de coronavirus
Los municipios segovianos de Cantalejo y Carrascal del Río han iniciado quince días de confinamiento para intentar frenar la propagación de los contagios de coronavirus.

Publicidad
Comienza el confinamiento en las localidades segovianas de Catalejo y Carrascal del Río. Serán quince días de encierro con los que se pretende frenar la curva de contagios de coronavirus en la zona.
La medida lleva poco tiempo en vigor, pero antes de que el confinamiento pueda llevarse a cabo, la ley debe ser ratificada por un juez. Por eso, las autoridades han apelado a la colaboración ciudadana con el fin de frenar la propagación del coronavirus.
Los vecinos de Catalejo y Carrascal del Río han afrontado el primer día de confinamiento por coronavirus con cierta incertidumbre. Por lo que, mayoritariamente los vecinos han optado por quedarse en casa.
No se puede entrar ni salir de estas localidades sin una causa justa. Por eso, muchos turistas que estaban de vacaciones en la zona se han marchado, lo que ha dejado las calles desiertas y los negocios casi vacíos.
Ante estas duras medidas los vecinos reconocen su preocupación, pero entienden que son necesarias para frenar el avance del Covid-19 en estas localidades.
"Se nos ha dicho que iban a cerrar esta zona para evitar que los contagios que hay aquí se expandan a zonas de los alrededores", dice la Teniente Alcalde de Catalejo, Marisa Zamaro.
Una medida que se nota en unas calles casi vacías. En las que la gente apura las últimas compras antes de confinarse.
Más Noticias
-
Última hora incendios en España: logran perimetrar el incendio de Jarilla mientras 18 focos siguen activos en España
-
¿Quién llegó antes a Torrevieja, el huevo o las 700 gallinas que "salen a pasear con sus pollitos"?
-
Un fallecido, tres desaparecidos y 19 heridos en el naufragio de una patera en Mallorca
Por último, este encierro también supone un duro golpe para los negocios de la zona, que ven como baja la afluencia de gente. "Los turistas se están yendo, los del pueblo no salimos y los de fuera no pueden venir", enumera el propietario de un estanco en Cantalejo.
Publicidad