Vacas muertas

Cándido, el ganadero que perdió 22 vacas alcanzadas por un rayo: "En un segundo estaban todas en el suelo"

Creen que el rayo cayó sobre un transformador llevando la electricidad a la tierra y provocándoles la muerte en el acto. Este matrimonio de ganaderos de Rodeiro, en Pontevedra, han perdido su pequeña explotación en momento”.

 Mueren 27 vacas de una explotación ganadera de Rodeiro (Pontevedra) tras ser alcanzadas por un rayo

Mueren 27 vacas de una explotación ganadera de Rodeiro (Pontevedra) tras ser alcanzadas por un rayoEUROPAPRESS

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Es un hecho insólito. Tanto que ni los dueños de esta ganadería ni sus vecinos salen todavía de su asombro. Ni de su desesperación. A Cándido Pardo le cuesta hablar del tema, no tiene ni ganas ni fuerzas, pero las saca de donde puede para ayudar a cargar sus 22 vacas en el camión. "Ya vinieron los del seguro y ahora hay que dejar el camino libre", apunta con resignación.

Quienes le conocen bajan la vista cuando les preguntamos por el tema. "Está muy mal, y no es para menos", nos dice su primo en el camino en el que se produjo el fatídico suceso. Cándido y su mujer Julia son ganaderos "de siempre", de los que viven y disfrutan su oficio. Juntos se hacían cargo de una pequeña explotación de alrededor de 30 vacas en Rodeiro, Pontevedra, una de las zonas en las que las tormentas descargaron con más fuerza el pasado domingo.

Ante esta situación, decidieron ir a buscar a sus vacas, que pastaban en el campo, y llevarlas de vuelta a la granja para resguardarlas. En el camino sucedió lo inesperado. Todo apunta a que un rayo cayó sobre un transformador que llevó la electricidad a la tierra. Las vacas caminaban en ese momento por un sendero inundado de agua debido a las lluvias, y habría sido el agua la que condujo la corriente haciendo que animales cayeran al instante. "En un segundo estaban todas en el suelo", relata Cándido.

Julia se salvó gracias a sus botas de goma

La suerte fue que su mujer, Julia, que acompañaba al ganado, no sufrió daños. "Fue un milagro, por suerte no le pasó nada", dice aliviado su marido. Ella estaba en la finca de al lado, fuera de la zona inundada, y llevaba botas de goma. Esa combinación fue la que probablemente le salvó la vida. Recuerda que escuchó el estruendo, muy fuerte, y ya las vio caer a todas de golpe.

"Físicamente estamos bien, moralmente estamos destruidos". Así de contundente se muestra Cándido. Apenas supera los 60 años, le quedan años para trabajar, por necesidad y por amor a lo que hace, pero no sabe si podrá echar a andar de nuevo su ganadería. "Toca pensar, ¿empezar de nuevo o cerrar? Tenemos mucho que pensar", reflexiona en voz alta.

Las vacas podrían superar los 50.000 euros

Le quedaron apenas cuatro vacas. Alguna de ellas no sabe todavía si sobrevivirán o si tendrá que sacrificarlas, otra está preñada, pendientes ahora de si la cría sale adelante. "Cualquier ganadero sabe lo que es esto", concluye. Así es, en la zona no se habla de otra cosa y se le pregunte a quien se le pregunte todos se llevan las manos a la cabeza.

"Eran vacas buenas, de buena calidad y muy bien cuidadas, ninguna bajaba de los 800 kilos, eran unos ejemplares espectaculares", nos dice un vecino de la zona y familiar de Cándido. Calculan que entre todas podrían alcanzar un valor de entre 50.000 y 60.000 euros en el mercado. Ahora toca esperar a las valoraciones de los seguros y decidir. Aunque la imagen, por desgracia, tardará en desaparecer de su retina.

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