La desactivación de las alertas por fuerte viento y calima, así como el control de los fuegos que el domingo afectaron a Tenerife, hacen que en Canarias se recupere algo la calma, pero falta por atajar el incendio declarado el sábado en el noroeste de Gran Canaria y que ha entrado en la Reserva Natural Integral de Inagua.
Este fuego comenzó en la zona de Tasarte, en el municipio grancanario de La Aldea de San Nicolás, y ha afectado a unas 1.000 hectáreas y está sin controlar, debido a las fuertes rachas de viento y la presencia de calima, que además han demorado la llegada de helicópteros de otras islas y de dos hidroaviones de la península, según ha informado este lunes el presidente del Cabildo de Gran Canaria, Antonio Morales.
Este incendio mantiene activos varios frentes pero el que más preocupa es uno de entre dos y tres kilómetros de longitud, porque podría extenderse hacia el este e interior de la isla -por la reserva de Inagua- a una zona en la que sólo es posible actuar por el aire debido a su difícil orografía, ha indicado el jefe del servicio técnico de Medio Ambiente del Cabildo grancanario, Luis Fernando Arencibia. Como la calima comienza a retirarse será posible contar con esos helicópteros, a los que se espera que este lunes se unan dos hidroaviones Canadair que han salido de Torrejón de Ardoz (Madrid).
Recomendaciones médicas
La Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias recomienda a la población tomar precauciones como evitar la exposición prolongada al aire exterior, mantener las ventanas cerradas y no realizar esfuerzos físicos al aire libre.
El polvo en suspensión contribuye a resecar las vías respiratorias, y en muchas ocasiones se puede provocar un agravamiento de afecciones o síntomas relacionados con enfermedades respiratorias, tales como el asma, personas con enfermedad obstructiva crónica (EPOC) que hacen que aumenten las visitas a los servicios de urgencias y los ingresos hospitalarios en algunos casos.