Cambio climático

El cambio climático amenaza la calidad nutricional de frutas y verduras

El estrés térmico modifica la composición de los alimentos con consecuencias para la dieta y la salud de las personas.

Frutas, verduras y hortalizas

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Se espera que de aquí a finales de siglo las temperaturas en Europa, incluido España, aumentarán hasta cuatro grados. Este aumento global de las temperaturas derivado del cambio climático no solo está afectando la producción agrícola, sino también la calidad nutricional de frutas y verduras, volviéndolas menos saludables. Así lo revelan investigaciones recientes lideradas por científicos del CSIC y del IRTA, quienes han demostrado que los cultivos expuestos a temperaturas elevadas presentan menos vitaminas, minerales, antioxidantes y fibra, y una mayor concentración de azúcares.

¿En qué afectan a nuestros alimentos?

En algunos alimentos, estos efectos son preocupantes por lo que nos aporta: los melocotones son buenos para nuestra salud ósea y muscular y con el calor esos minerales se reducen, en la naranja se produce un aumento de azúcar que la hace aparentemente más dulce pero realmente es menos saludable y en otros productos típicos de nuestras ensaladas como el tomate, se reduce la producción de antioxidantes que ayudan a proteger nuestras células y en la lechuga se reducen las vitaminas y los nutrientes lo que hace que sus hojas sean menos verdes y por consiguiente menos sanas.

Los estudios muestran que cultivos como melocotoneros, cítricos y fresales, al crecer bajo condiciones simuladas del clima futuro, pierden nutrientes esenciales como calcio, potasio, magnesio, vitamina C y zinc. Estas alteraciones no solo reducen el valor nutritivo de los alimentos, sino que también podrían tener consecuencias negativas para la salud pública, especialmente en los sectores más vulnerables.

No solo afecta al sabor

Los expertos advierten que el impacto no se limita al sabor o a la textura como señala la investigadora Celia Cantín: "por ejemplo, el exceso de calor reduce mucho la crocancia de la fruta que es este sonido que cuando lo masticamos lo hace más interesante y al final, ocurre que la fruta es más blanda, cambia la textura y disminuye la vida útil de esa fruta".

También implica una pérdida real de propiedades saludables, lo cual podría aumentar el riesgo de enfermedades como la obesidad o la diabetes: "La subida de temperaturas está disminuyendo la vitamina C. También hemos visto una disminución en nutrientes esenciales como la fibra. Algunas frutas tienen propiedades antiinflamatorias o anticancerígenas, si vamos a ir reduciendo ese valor nutricional de la fruta está claro que van a ser menos beneficiosas" señala.

Soluciones con cámaras de calentamiento

El estudio también pone de manifiesto la necesidad urgente de adaptar las prácticas agrícolas a las nuevas condiciones climáticas. Investigadores y agricultores ya están explorando nuevas variedades más resistentes al calor y técnicas de cultivo innovadoras que ayuden a conservar los nutrientes esenciales en los alimentos a través de cámaras de calentamiento. En un lado, ponen los árboles con sobrecalentamiento y en otro lado, a una temperatura actual y se ha visto que en la zona sobrecalentada surgen todos estos efectos negativos, mientras que en la normal no.

Además, los investigadores hacen hincapié en la importancia de cerrar el ciclo de carbono de forma más eficiente para minimizar el impacto sobre los cultivos.

Aunque estas investigaciones todavía están en curso, los primeros resultados apuntan a un cambio de paradigma en la nutrición vegetal. La subida de temperaturas no solo está cambiando cómo se cultiva, sino también qué tan saludable es lo que comemos. La transición hacia una agricultura resiliente al cambio climático es ya una prioridad no solo científica, sino también social y política.

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