Aumenta el robo en los campos

Nada para a los ladrones, ni puertas, ni vallas, ni cámaras ni alarmas. Vicente Trujillo, ganadero de Argamasilla de Alba, ha intentado todo para evitar los robos en su explotación ovina. Se le han llevado corderos, maquinaria, gasóleo y leche destinada a elaborar quesos manchegos. Siente impotencia y rabia. Es consciente de que hace falta refuerzos. La concejala de Agricultura de su pueblo Pilar Mateos le acaba de dar una buena noticia: van a contratar un servicio de seguridad privada nocturna, que vigilará los términos municipales de Argamasilla y Tomelloso. Es un servicio que pagará el Ayuntamiento.

Cae la tarde y los robos aumentan en los campos de sandías, melones, ajos.. Los agricultores han intentado organizarse para patrullar por la noche, pero sus jornadas ya de por sí son muy largas y no podrían soportar un ritmo de tantas horas de trabajo. Piden que más pueblos se unan a este tipo de iniciativas privadas que refuerza la labor de la Guardia Civil. Advierten de que en muchas ocasiones el enemigo, el informador, está en sus propios chats, de esa manera, los ladrones tienen información de primera mano sobre qué campos están a punto de recolectarse o recolectados ya solo para recoger o por dónde andan los dueños.

Javier Castro, vigilante de seguridad, llega al campo, puntual, a las 10 de la noche, su jornada acaba a las siete de la mañana. Patrulla los términos municipales de Argamasilla de Alba y Tomelloso es una extensión que llega hasta los límites con las Lagunas de Ruidera en Ciudad Real. Ficha ocho veces, cuatro en cada término. En situaciones críticas pide refuerzo a la Policía Local o Guardia Civil. Desde que Javier patrulla los campos, han disminuido los robos, pero queda mucho verano.

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