Deudas

Aumenta la agresividad de los morosos contra los cobradores de deudas

Los trabajadores del sector denuncian que cada vez es más frecuente la agresividad al llamar a la puerta de una casa para notificar un impago a un deudor.

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Los cobradores de morosos tienen que lidiar con situaciones a diario que a nadie le gustaría vivir. Cada vez tienen más trabajo porque están aumentando las personas que dejan de pagar sus deudas y, a su vez, los deudores también son más agresivos con ellos.

Hace unos días unos trabajadores de una empresa funeraria de Santiago sufrió uno de estos incidentes. Al acudir a un domicilio donde debían avisar de la deuda, los morosos decidieron, lejos de aceptar pagar lo que correspondía, atacar a los cobradores. "Nos están rompiendo el coche ahora entero, una loca aquí. Otro está rompiendo el cristal", explica uno de los afectados a la Guardia Civil mientras trata de esquivar la agresión.

"Nosotros no vamos a cobrar, solo a notificar"

Este asunto en concreto ya está en manos de la justicia pero no es ni la primera ni la última vez que ocurre. Ángel, el gerente de esta misma empresa de cobro de morosos, explica que ellos no van a cobrar sino a "notificar el hecho" porque "nos han encomendado una labor de recuperación de impagos".

El coche de la funeraria quedó destrozado: ruedas rejadas, cristales rotos...y es que cuando "se llama a la puerta de alguien, nunca sabes quién está detrás. Ni tampoco qué situación soporta esa persona", cuenta Ángel.

El día a día de un cobrador de morosos

Este viernes era un día de esos en los que había que llevar la notificación a varias viviendas, por eso Antena 3 Noticias ha querido acompañar a uno de los cobradores. El último episodio de su compañero no fue muy bueno y Santos, otro de los empleados, teme que hoy pueda ocurrir algo similar.

Un vez llega a la casa de quien tiene que firmar varias notificaciones de impago, llama a la puerta. Unos segundos y alguien abre. El moroso se encuentra tranquilo pero tiene muy claro cuales serán sus primeras palabras: "No. No voy a firmar nada". También han sido las últimas. El cobrador de deudas continuará intentándolo día tras día tras día pese al cierre de puertas.

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