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Vacuna coronavirus

Así son los ultracongeladores que albergarán las primeras dosis de la vacuna del coronavirus en Cataluña

En unos ultracongeladores a menos de 80 grados bajo cero, las primeras vacunas de Pfizer contra el coronavirus se albergarán en el Banco de Sangre y Tejidos de Cataluña

La vacunación contra el coronavirus está cada vez más cerca de ser una realidad, pero para ello, es necesario un lugar que reúna las condiciones necesarias para su almacenamiento.

El Banco de Sangre y Tejidos será uno de los puntos de referencia, porque en cuatro de sus ultracongeladores, con capacidad para guardar centenares de miles de unidades, se almacenarán las vacunas de Pfizer, las primeras que llegarán y que requieren de una temperatura de menos 80 grados. La siguiente, probablemente, será la de Moderna.

Después de casi un año esperando la ansiosa noticia sobre una vacuna contra el coronavirus, tan solo hace unas semanas la farmacéutica Pfizer y, posteriormente, Moderna y Oxford, han anunciado que sus vacunas están ya casi listas. Pero como todas las buenas noticias, también tienen sus contras. Y es que, en el caso de la primera, con una efectividad del 90%, debe ser conservada a -80º, una temperatura a la que no llega un congelador corriente.

Esta temperatura se equipara a algunas de las más bajas registradas en la Antártida y es mucho menor que la que cualquier congelador común puede ofrecer, lo cual obstaculizará el almacenamiento y distribución de las vacunas, especialmente en áreas remotas y países en desarrollo.

"En cuestión de semanas, los congeladores del Banco comenzarán a almacenar vacunas y en pocas semanas se podrá vacunar a los más vulnerables y a los más expuestos a la enfermedad", ha resaltado el vicepresidente catalán, Pere Aragonès.

Una vez aprobadas las vacunas y listas para su reparto en todo el mundo, por aire y tierra, estas irán almacenadas en instalaciones y luego, se llevarían a los centros de salud locales como clínicas, farmacias, hospitales y cualquier lugar donde se administren. Esto último supone otro gran reto, ya que muchos centros de atención primaria comunes no cuentan con la tecnología necesaria para mantener la vacuna durante mucho tiempo.