HORAS DECISIVAS
Mineros, artificieros de la Guardia Civil y bomberos: equipos al límite
Los mineros han dejado sus casas y su base de Langreo en Asturias para rescatar al menor. Su misión es la más peligrosa, pese a ello sus ganas siguen intactas.

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Unas 300 personas componen el operativo derescate de Julen, entre ellos Guardia Civil, miembros de protección Civil, voluntarios, mineros y psicólogos. Ahora el foco se centra en los ocho mineros encargados de rescatar al menor.
La cara visible sobre el terreno es Ángel García Vidal, padre de cuatro hijos, de 53 años y representante del Colegio de Ingenerios de Caminos de Málaga. Desde la desaparición del menor ha dejado su trabajo de gerente en una empresa de ingeniería para volcarse en ayudar. Todos coinciden, es un hombre familiar y conocido cofrade que lleva treinta años como portador del trono del Cristo de los Estudiantes en Málaga.
Los ocho mineros de la Brigada de Salvamento de Asturias también han dado un giro a sus vidas, han abandonado su casa y su base en Langreo, para llegar hasta Julen.
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Al frente de este equipo, Sergio Tuñón, ingenerio y minero muy experimentado, ya ha participado en rescates de mineros y espeleólogos. Dirige el grupo desde 2012. También con veteranía, Jesús Fernández Prado, además de un amante de los deportes de aventura. Antonio Ortega, ligado a la mina por familia y con experiencia en rescates. Lázaro Alves, hijo de un minero que perdió la vida en el pozo Nicolasa. José Antonio Huerta, Maudilio Suárez, acostumbrado a tomar decisiones en escenarios complicados. Rubén García Ares y Adrián Villaroel han sido de los últimos en incorporarse al equipo. Su misión es peligrosa, un trabajo en poco espacio, de gran esfuerzo y escasos de oxígenos. Un trabajo, además, a punto de desaparecer: se están cerrando las pocas minas que todavía están en activo.
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