Así luchan los militares contra el fuego desde el aire: "Apaga y vámonos"

Su lema es "Apaga y vámonos". Es el grito de guerra del 43 Grupo, la unidad militar del Ejército del Aire que lucha contra los incendios desde el aire. Esta brigada 'apagafuegos' que desde nuestros cielos intentan sofocar las llamas. Desde su centro, la Base Aérea de Torrejón, salen a batallar.

Allí estos corsarios están listos para salir en cualquier momento de misión. Están alerta todo el año. "24 horas los 7 días de la semana. Acudimos inmediatamente a cualquier incendio que se origine en la Península o incluso en países europeos que nos puedan pedir ayuda", nos cuenta el Capitán Miguel Belmonte a los pies de uno de estos aparatos fácilmente reconocibles por sus colores, el rojo y el amarillo: los colores de nuestra bandera.

Batallan desde el aire

Batallan desde el aire. Enfrentándose a las condiciones más adversas para poder entrar en zonas encajonadas como valles o barrancos. En esos terrenos hacen maniobras de alto riesgo. Lo explica a Antena 3 Noticias el Capitán: "Tenemos que hacer todo lo posible para intentar llegar hasta ahí y descargar el agua con la mayor precisión posible". Se coordinan con los demás medios, aéreos y terrestres, que trabajan sobre la zona.

Tras la descarga toca volver a empezar. De nuevo se dirigen al embalse o pantano más cercano. Y así una y otra vez. "Lo hacemos todas las veces que sea necesario. Las que haga falta con un récord de 96 cargas y descargas en la operación", dice el Sargento Primero Ignacio Rodríguez Pina.

El momento más crítico

El momento de la carga es el más importante. Pero también el más crítico. Nos cuenta el proceso el Teniente Alejandro Barreiro. "En unos 12 segundos cargamos en torno a 6.000 litros de agua". 6 toneladas que llenan los dos depósitos de la nave en cuestión de segundos.

En Antena3 Noticias hemos participado en un vuelo de adiestramiento con ellos para comprobarlo. Viajamos hasta el embalse de El Atazar, en la Comunidad de Madrid, en este anfibio. Capaz de volar y de navegar sobre la superficie del agua como si fuese un barco. Un aparato de 28 metros y un peso de casi 20 toneladas que ya está listo para despegar. Porque las altas temperaturas y la sequía hacen que el riesgo de incendio sea muy alto.

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