Agresión sexual

Así habría engañado un hombre a su pareja para violarla: esposas, dolor y penetración anal

El hombre podría enfrentarse a una pena de 11 años de prisión y a 30.000 euros de indemnización por los daños morales sufridos.

Mujer esposada

Mujer esposadaPixabay

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Un hombre podría enfrentarse a una pena de 11 años de prisión por agredir sexualmente a su pareja tras engañarla con un juego sexual. La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Palma celebra el martes el juicio contra este hombre por el que Fiscalía pide 11 años de cárcel para él.

Los hechos tuvieron lugar el 14 de junio de 2014 cuando la pareja se encontraba en su domicilio. Allí, el varón le propuso la realización del juego, consistente en mantener relaciones mientras ella estaba atada de pies y manos en la cama.

Según apunta la Fiscalía, la mujer impuso las condiciones de no sufrir dolor, no ser aplastada por el peso del cuerpo y que no se produjera penetración anal. Sin embargo, el hombre incumplió estas condiciones, agrediendo sexualmente a la víctima pese a las súplicas de la misma.

El fiscal pide para el individuo la pena de 11 años de prisión, la prohibición de acercarse a la perjudicada a menos de 500 metros durante 14 años y la imposición de la medida de libertad vigilada por un tiempo de ocho años. Además, solicita que indemnice a la mujer en la cantidad de 30.000 euros por los daños morales sufridos.

Violaciones en el seno de la pareja

Un estudio realizado por científicas de la Universidad Complutense de Madrid, del Consorcio de Investigación Biomédica y en Red de Epidemiología y Salud Pública y de la Escuela Andaluza de Salud Pública y publicado en la revista 'International Journal of Environmental Research and Public Health' revela que las violaciones de mujeres de más de 16 años por parte de sus parejas triplican a las que se producen por otras personas.

En España, más mujeres han sido violadas por una pareja a lo largo de su vida (7,8%) que por otras personas (2,2%)", explica la investigación.

Las investigadoras recalcan la importancia de visibilizar este hecho ya que también ayuda a romper el "estigma que caracteriza el abuso doméstico como un asunto privado más que como un comportamiento criminal que debería recibir la atención de las fuerzas del orden".

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