Este rorcual de 10 metros de largo amaneció en plena orilla de San Cristóbal, en la capital grancanaria. Un equipo de bomberos tuvo que meterse en el agua para atarla a una lancha de salvamento marítimo.
Durante casi una hora la remolcaron hasta el muelle de la luz. Los expertos aseguran que es normal que este tipo de ballenas naden por aguas canarias, pero desconocen cómo llegó a la orilla.
Los buzos se zambulleron para iniciar una complicada maniobra para sacar a la ballena del mar. Atarla a una grúa y dejarla en el camión, fue casi misión imposible. Una vez fuera, la trasladan al vertedero donde la facultad de veterinaria estudiará los motivos de la muerte de esta maravilla de la naturaleza.