Ángel Hernández ayudó a morir a su mujer, María José Carrasco, enferma de esclerosis múltiple durante tres décadas. Por ello fue detenido el pasado mes de abril y luego puesto en libertad. Hoy, ha querido estar presente en la tribuna de invitados del Congreso de los Diputados donde esta tarde se ha tomado en consideración la proposición de ley para regular la eutanasia.
Ángel ha reconocido que acudía nervioso e ilusionado porque está convencido de que la ley de eutanasia va a llegar a "a buen puerto" y que "a la tercera va la vencida".
"Nos han dado la llave para entrar en esa casa, ahora hay que amueblarla pero ya tenemos la llave" cuenta satisfecho Ángel Hernández. Frente a los que se oponen a que se desarrolle esta norma, Ángel dice que "no pasa nada por estar en contra, ya se apuntarán " porque está muy convencido de que esta ley "nos beneficiará a todos, a ellos también".
La ley es para casos excepcionales
Ángel está a favor de los cuidados paliativos pero recuerda que , depende en qué situaciones, ya no son eficaces. Le pasó a su mujer María José Carrasco, "tomaba opiáceos pero eso ya no le servía de nada" y le creaba "más problemas" que "beneficios". "Era sufrimiento y dolor y por eso se hizo lo que se tuvo que hacer", ha subrayado.
Asegura que los cuidados paliativos a su mujer ya le creaba más problemas que beneficios
Hernández ha precisado que los cuidados paliativos "no tienen nada que ver con la eutanasia pero tienen que existir" y ha asegurado que la ley es para casos "excepcionales" y "no es para que todo el mundo llame a la puerta pidiendo que le ayuden a morir".
"No es una vía libre, está regulado y muy controlado", ha recalcado.
Esta es la tercera vez que la ley de eutanasia llega al Congreso. Su tramitación cayó por la convocatoria de elecciones, primero en abril de 2019 y después en noviembre.