Los funerarias incrementan sus servicios y llegar a hacer hasta 7 servicios diarios. El alto número de muertes en la provincia de Cádiz ha provocado que responsables de funerarias como la de Ángel Chaves, hayan tenido que triplicar la compra de féretros al mes y habilitar dos oficinas para poder almacenarlos. Además, de que asegura que ha tenido que contratar a más personal.
Las edades de los fallecidos en esta tercera ola son muy inferiores a las anteriores, la media ahora está en los 50 años, y es cada vez más frecuente encontrar muertos por coronavirus de 30, 40 o 50 años. Y aseguran que una cuarta ola será peor, más agresiva y muchos fallecerán por mutaciones del coronavirus.
Ángel Chaves, responsable de una funeraria en Cádiz asegura que "los servicios están colapsados". "Hemos tenido que atender cinco, seis, siete fallecimientos diarios por coronavirus o por sus secuelas".
No todos los familiares entienden que el ataúd se sella por motivos de prevención y que no puede estar el féretro abierto durante el velatorio. Los empleados de las funerarias trabajan con EPI durante horas para evitar contagiarse de coronavirus.
"Accedemos a los hospitales y a los domicilios particulares, en la mayoría de las ocasiones, con el resto de los convivientes en cuarentena y, sin embargo, las administraciones públicas no nos consideran colectivo de riesgo", lamenta Fernando Alcón, presidente de Aesprof, la asociación española de servicios funerarios, quién añade que cree que el personal funerario también debe ser considerado personal sanitario porque supone un peligro manipular los cuerpos de las personas que han fallecido por coronavirus.
Fernando Alcón, el presidente de Aesprof afirma que "quienes incumplen las normas y celebran fiestas o a los negacionistas, no habría que multarles, sino obligarlos a que nos acompañaran en nuestro trabajo durante solo 24 horas".
