Orugas procesionarias

Alertan de la presencia de orugas procesionarias en los parques, especialmente peligrosas para niños y perros

En caso de que el animal chupe las orugas puede perder parte de la lengua e incluso morir.

Peligro por el avance de la oruga procesionaria

Peligro por el avance de la oruga procesionariaEFE

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Las orugas procesionarias se convierten en un peligro para nuestras mascotas y niños cada primavera. Intentar manipularlas e, incluso, acercarse a ellas, puede producir lesiones en ojos, piel y mucosas. La procesionaria del pino ('Thaumetopoea Pityocampa') es un lepidóptero que, cuando es oruga y ha alcanzado su madurez, desciende de los árboles al suelo y desfila en grupo hasta que busca un lugar en el que enterrarse para transformarse en crisálida y salir en forma de mariposa. Las orugas de la procesionaria poseen pelos urticantes que liberan cuando se sienten amenazadas, lo que produce reacciones alérgicas e inflamatorias a quienes las tocan o se acercan demasiado.

Por ello, la Dirección General de Salud Pública del Ministerio de Sanidad recomienda adoptar algunas medidas de precaución al pasar por pinares afectados por las orugas de la procesionaria del pino. Piden no pasear bajo estos pinos afectados o cerca de ellos. En caso de tener que transitar por estas zonas, Sanidad recomienda cubrirse la mayor parte del cuerpo, llevar gorra y gafas y evitar frotarse los ojos durante el desplazamiento.

El Ayutamiento de Madrid ha pedido a los ciudadanos que se dirijan a los servicios municipales a través del teléfono gratuito 010 para que se actúe en la zona afectada en caso de que sea de titularidad municipal. Si el parque es privado, contactará con sus responsables para que intervengan.

Control de esta especie

Varios ayuntamientos de toda España comenzaron hace meses con las labores de control de esta especie. Entre los meses de octubre a noviembre, se suelen tratan los árboles con endoterapia, una técnica que introduce productos fitosanitarios autorizados en la savia de los árboles a través de pequeños orificios para que llegue a las hojas de las que se alimentan las orugas y mueran. Este tratamiento se aplica generalmente en árboles que presentan dificultades para su accesibilidad, ya sea por su altura o por su ubicación dentro de patios interiores o zonas cerradas.

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