Okupas Barcelona

Los afectados por el incendio en el local okupado de Barcelona no tienen dónde ir: "Nos hemos quedado sin nada"

Los vecinos culparon del incendio a una okupa que vivía en el bajo del edificio hace 10 días. Una residencia de ancianos tuvo que ser desalojada y más de 50 personas tuvieron que dejar sus casas.

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Hace 10 días, tuvo lugar un incendio en Sant Adrià de Besòs, Barcelona, en un local en la calle de Sant Joaquim. Según los vecinos, el inmueble llevaba más de cinco años okupado. Los vecinos fueron desalojados en el momento del incendio y no han podido regresar a sus casas.

Un gran número de afectados buscaron cobijo en casas de familiares y amigos, mientras que otros decidieron utilizar las 10 noches de hotel que el seguro les daba. El problema es que, algunos de ellos, se quedarán mañana mismo en la calle. Muchos de estos vecinos no saben todavía dónde van a ir. Algunos buscan alquiler para el tiempo que deben estar fuera de sus casas pero en la mayoría de inmuebles les exigen un contrato de al menos un año y los 900 euros de las compañías aseguradoras, no les llegan para pagar el alquiler.

Incertidumbre y desolación

Piedad, una de las vecinas, está muy disgustada porque, insiste, "nos hemos quedado sin nada". Más de 50 vecinos han tenido que buscar una alternativa de alojamiento estos días. Algunos se han quedado con sus amigos y familiares, mientras que otros han decidido utilizar las 10 noches de hotel que les proporciona el seguro. El problema es que, estos 10 días ya han pasado y temen no tener dónde quedarse. Se estima que pasarán más de cinco meses antes de que puedan volver a sus casas.

El fuego obligó a desalojar a todos los vecinos. Están indignados porque llevaban mucho tiempo denunciando que en ese local hay una okupa en el bajo del edificio y creen que ella es la responsable de este fuego. La okupa vivía en el local con su pareja desde hace dos años. Una vecina dice que había muchas discusiones y que se peleaban continuamente.

Además, denuncian que había serios problemas de convivencia, como trapicheo de drogas o peleas, además de insultos.

Por su parte, la okupa niega los hechos con total rotundidad. Asegura que ella es una víctima más del fuego y que lo ha perdido todo. En estos momentos se trabaja para que todo vuelva a ser como antes, pero sin la presencia de los okupas. En otras ocasiones se tuvo que sofocar hasta dos incendios, pero sin llegar a estas consecuencias.

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