Coronavirus

El actor Jordi Sánchez asegura que tras 24 días en coma por Covid sintió "como si hubiese envejecido 30 años"

El intérprete, que acaba de estrenar en ATRESplayer Premium la serie 'Señor, dame paciencia', recuerda que después abandonar la UCI "no podía escribir, andar ni hacer prácticamente nada"

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El actor Jordi Sánchez contrajo el coronavirus a finales de enero del año pasado y el 5 de febrero tuvo que ser hospitalizado después de que su contagio se complicase. Los médicos se vieron obligados a inducirle el coma, y en ese estado permaneció 24 días.

"Me dormí, me desperté 24 días después y sentí que había envejecido 30 años", explica. "No podía hacer nada, ni escribir, ni andar... nada". El actor, que tardó meses en recuperarse con normalidad del coronavirus, reconoce que el coronavirus le enseñó que "se puede morir de un día para otro".

El actor admitió tras abandonar la UCI que nunca pensó que "dormir 24 días seguidos, con sus 24 noches, podía ser tan desagradable". Esos días agradeció, a través de Instagram, "el talento del Hospital Universitario Fundación Jiménez Diaz, así como sus cuidados y su paciencia".

"Gracias por sacarme de ésta", escribió entonces el actor catalán en dicha red social. "Gracias a todos esos mensajes de amigos y compañeros, que tanto emocionan y ayudan cuando te despiertan. Y gracias a todas esas personas que, sin conocerme de nada, me han hecho llegar su cariño. Sois un regalo inmenso, queridos seguidores. Un abrazo grande para todos", apuntó.

"Creí que mi hijo había muerto"

La primera aparición en los medios del actor fue en el programa 'El Suplement', de Catalunya Ràdio. Allí contó los angustiosos días que pasó en la UCI. Según explicó, durante ese tiempo sufrió fuertes alucinaciones fruto de la medicación que le administraban y, por eso, llegó a creer que uno de sus hijos había muerto.

El actor llegó a verse a sí mismo preparando los papeles del entierro.

"Viví en un mundo paralelo durante esos 24 días. Fue terrible. Estaba tan drogado que pensaba que todo aquello era cierto. Las alucinaciones son más fuertes que los sueños. Me desperté súper triste y cuando me dijeron que no estaba muerto me puse a llorar", recordó.

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