DANA
El 72% de los afectados por la DANA sufren tristeza o desesperanza, y casi la mitad problemas cognitivos
Más de 5.500 personas afectadas por la DANA recibieron ayuda psicológica gratuita por parte de la Fundación Mutua Madrileña y el Colegio Oficial de Psicología de la Comunidad Valenciana.

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Dentro de su Plan de recuperación desde la Psicología para las poblaciones afectadas por la DANA, la Fundación Mutua Madrileña y el Colegio Oficial de Psicología de la Comunidad Valenciana (COPCV) han realizado más de 1.800 intervenciones individuales y casi 300 en grupo en los últimos siete meses.
En total, más de 5.500 personas han recibido atención psicológica profesional y gratuita desde que comenzó 2025, un apoyo que está ayudando a reconstruir no solo hogares, sino también la salud emocional de miles de vecinos golpeados por la riada del 29 de octubre de 2024.
El plan, que se puso en marcha a principios de este año juntos a los ayuntamientos de las localidades más afectadas, ha contado con una veintena de profesionales distribuidos en trece municipios valencianos. A través de sesiones individuales, terapias de grupo, visitas a domicilio y talleres especializados, el proyecto tenía como objetivo aliviar el impacto psicológico que dejó la DANA, adaptando así cada intervención a la realidad particular de cada población y persona atendida.
Durante estos meses, los equipos del COPCV han realizado también 296 intervenciones grupales, con un total de 3.244 participantes. Además, se han celebrado 319 reuniones de coordinación con autoridades locales y personal técnico, demostrando que la colaboración institucional es clave cuando se trata de cuidar la salud mental tras una catástrofe.
Según el decano del COPCV, Francisco Santolaya, el papel de la Psicología ha sido "esencial para gestionar el shock inicial y todas las emociones posteriores". Y es que, más allá del dolor por las pérdidas humanas y materiales, la tormenta arrasó viviendas, escuelas y espacios de encuentro, dejando tras de sí un paisaje de incertidumbre. "La recuperación psicológica tras una catástrofe de esta magnitud no es lineal ni inmediata", advierte, ya que en algunos casos pueden necesitarse hasta tres años "para lograr una resolución completa del trauma".
Síntomas y edades
Entre quienes acudieron a recibir ayuda, el 72% presentaba alteraciones emocionales como tristeza prolongada, desesperanza, frustración o agitación; el 46%, dificultades cognitivas como pensamientos negativos constantes o dificultades para tomar decisiones, y el 42% problemas en sus relaciones personales. Además, un 90% manifestaba síntomas psicosomáticos como dolores físicos o trastornos del sueño. En palabras de Santolaya, "todos estos datos no hacen más que corroborar la necesidad de una intervención psicológica sostenida y profesional".
De las personas atendidas individualmente, la mayoría (un 69%) tiene entre 30 y 65 años, seguidas por los de entre 70 y 80 (17%) y jóvenes de entre 20 y 30 años (12%), mientras que aquellos entre los 18 y 20 apenas tenían representación (3%).
En las terapias grupales, la realidad es mucho más diversa. Desde niños de seis años hasta ancianos de ochenta, todos encontraron un espacio para recomponerse colectivamente. La franja de edad que más atendidos congregó fue la de entre los 30 y 65 años (36,21%), seguido de los menores entre 6 y 13 años (31,88%) y los de 70 y 80 (21,46%), los de 20 y 30 (5,52%) y los adolescentes entre 14 y 19 años los que menos (4,93%). Los equipos también prestaron especial atención a personas con enfermedades mentales previas, niños, jóvenes o personas con movilidad reducida.
La iniciativa
Para Lorenzo Cooklin, director general de la Fundación Mutua Madrileña, la iniciativa se enmarca en el compromiso que la entidad mantiene con la salud mental, especialmente la infantil y juvenil: "El compromiso con la salud mental que mantiene la Fundación Mutua, tanto a nivel de estudios como ayudas a la investigación médica y al cuidado de personas con estos problemas, nos hizo ver que ayudar a los afectados por las riadas a recuperar su salud mental y emocional podía ser una adecuada y muy necesaria forma de ayudar a la población afectada".
Este programa no solo ha atendido el daño emocional, sino que también ha generado un impacto positivo en la cohesión de las comunidades. Las acciones enfocadas en fortalecer redes de apoyo han servido para crear una base de buenas prácticas y protocolos de intervención que podrán replicarse en otras zonas si una emergencia similar se repite en el futuro.
Compromiso
La Fundación Mutua Madrileña lleva más de dos décadas trabajando en favor del bienestar social a través de la investigación médica, el apoyo a la salud mental y la prevención de problemas psicológicos, especialmente entre los jóvenes.
Además de este plan, la entidad, junto con el Grupo Mutua y sus empleados, colaboró desde el primer momento con aportaciones económicas canalizadas mediante organizaciones como Cáritas y Cruz Roja, reforzando así una red solidaria que ha acompañado a la población valenciana en uno de los capítulos más difíciles de los últimos años.
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