Incendios
2.000 hectáreas calcinadas en Pantón: Galicia vuelve a arder en septiembre
Aunque la población está, por ahora, fuera de peligro, el incendio sigue activo en zonas escarpadas, difíciles de controlar.

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El fuego ha vuelto a golpear con fuerza en lo que parecía una tregua tras un verano muy complicado. En los concellos lucenses de Pantón y Sober, un incendio iniciado el pasado jueves ya ha devorado unas 2.000 hectáreas, obligando a evacuar a casi 150 personas de 7 núcleos.
El fuego comenzó en la parroquia de Pombeiro, en una zona de difícil acceso, con fuertes pendientes y escasa visibilidad. En un primer momento, los equipos de extinción lograron contener parte del avance, pero el terreno escarpado, la imposibilidad de trabajar con maquinaria pesada y la dificultad para establecer líneas de agua han permitido que el incendio se reactivase con fuerza.
Las condiciones meteorológicas adversas y la acumulación de vegetación seca contribuyeron a que las llamas se propagaran rápidamente, alcanzando zonas cercanas a núcleos habitados, lo que obligó a declarar la Situación 2 de emergencia por riesgo para la población.
Según explica Xosé Bieito, agente forestal desplazado a la zona, el fuego se originó en áreas muy comprometidas para los equipos de intervención. Aunque consiguieron cierta estabilización inicial, varios flancos quedaron abiertos en zonas inaccesibles, y fue ahí donde el fuego volvió a tomar fuerza. "A pesar del tiempo que estamos teniendo, sigue existiendo esa posibilidad de que vuelva a suceder lo que pasó ayer por la tarde", comenta, señalando que aún existe un alto riesgo de reproducción de focos activos.
Actualmente, el perímetro del incendio no está completamente estabilizado, aunque sí más controlado que en jornadas anteriores. Las áreas más cercanas a las viviendas están siendo vigiladas con especial atención y, por ahora, las poblaciones afectadas están fuera de peligro. "Las casas, lo que son las poblaciones, cada vez están más a salvo", asegura Bieito, aunque subraya que se mantiene la cautela. Los vecinos de las aldeas que fueron evacuadas están comenzando a regresar a sus viviendas, aunque las autoridades mantienen el nivel de alerta.
El dispositivo de extinción desplegado es de gran envergadura. A lo largo de estos días han trabajado en la zona 95 brigadas, 71 agentes forestales, 12 técnicos, 65 motobombas, 13 helicópteros, 12 aviones y unidades de la UME (Unidad Militar de Emergencias). Sin embargo, el esfuerzo logístico se ve condicionado por la propia naturaleza del terreno. "Tenemos mucho perímetro totalmente sin liquidar, sobre todo en las zonas escarpadas contra el curso fluvial, donde tenemos ahí unidades trabajando, pero aunque lo demos por controlado, siempre hay un riesgo potencial de que se pueda reproducir", explica el agente.
Las condiciones climáticas han ofrecido un pequeño respiro este sábado. Un aumento de la humedad ha favorecido las labores de control en algunas zonas complicadas. Esta ligera mejora ha permitido trabajar en los perímetros más inestables, aunque las previsiones a corto plazo no son optimistas. "Esta humedad nos está dando una tregua en el sentido de poder tener más oportunidades para atajar determinados perímetros, pero las condiciones a futuro no van a ser tan buenas como las de hoy", añade. Con un tono firme, deja claro que no hay margen para la relajación: "Nuestro dispositivo no baja los brazos en todo el año".
El fuego de Pantón no es el único foco activo. En el concello lucense de A Fonsagrada continúa ardiendo otro incendio, registrado en la parroquia de O Torbo, que afecta unas 20 hectáreas.
En Ourense, el incendio declarado en el concello do Bolo, parroquia de Vilaseco, que afectó unas 250 hectáreas, ha sido estabilizado y la Situación 2 que estaba activada por precaución ha sido desactivada.
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