Píldora de Omeprazol

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SEGÚN UN ESTUDIO

Uno de cada tres pacientes que usa omeprazol no tendría por qué tomarlo

Hasta el 38 por ciento de los pacientes que recurren al omeprazol como protector de estómago no tendrían necesidad de tomarlo. Un 14 por ciento de los usuarios lo toman sin receta médica.

Investigadores de la Universidad de Alcalá de Henares (UAH) han descubierto que hasta el 38 por ciento de los pacientes que recurren al omeprazol como protector de estómago no tendrían necesidad de tomarlo porque su tratamiento farmacológico no es gastrolesivo.

Así se desprende de los resultados de una encuesta realizada en varias oficinas de farmacia que también muestra como el 25 por ciento de los pacientes a los que se receta este medicamento, que forma parte e admite un consumo de alcohol, un 21 por ciento fuma y un 65 por ciento bebe café, lo que hace que el fármaco no resulte efectivo por completo a pesar de su ingesta.

La mayoría de participantes que admitieron usar omeprazol lo hacían por prescripción de su médico pero hasta un 14 por ciento de usuarios lo hacían sin receta médica, lo que se asocia directamente con hábitos poco saludables como el abuso del alcohol, del café o los excesos alimenticios.

"Los usos puntuales se llevan a cabo por gente que lo toma antes de una comilona, para prevenir los efectos de una resaca, porque comen habitualmente fuera de casa, por una molestia puntual del estómago", ha destacado Carlos Vázquez, uno de los autores del estudio, que denuncia la "gran desinformación" que existe sobre su uso.

Sobre todo, ha explicado, porque este fármaco "no tiene un efecto inmediato" y su uso es fundamentalmente preventivo, ya que "la efectividad máxima se logra a las dos semanas de tratamiento y tomarlo de forma puntual no tiene ninguna utilidad".

El profesor que ha liderado el trabajo, Manuel Herrada, recuerda que hay estudios que vinculan su uso prolongado con algunos tipos de cáncer y, aunque no está del todo demostrado, propone "revisar los protocolos para evitar una sobreprescripción de este medicamento en los casos que no sea necesario su consumo".

Por su parte, el director médico del Hospital La Milagrosa de Madrid, Santiago Tamames, ha insistido en la necesidad de que su consumo se atenga a las indicaciones de un facultativo ya que, pese a ser seguro, "no es inocuo".

Entre los efectos secundarios más frecuentes destacan cefalea, dolor abdominal, diarrea, gases, náuseas o estreñimiento. Además, se está estudiando el efecto que puede tener en la absorción de la vitamina B12 y el magnesio, porque estos dos elementos necesitan el ácido gástrico para ser absorbidos y el efecto de los inhibidores de la bomba de protones podrían ser responsable de un déficit de ambas.

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