Alerta Sanitaria
¿Tengo que tirar mis esmaltes de uñas? La verdad sobre los ingredientes prohibidos por la UE
Recientemente, dos productos presentes en los esmaltes semipermanentes se han relacionado con el cáncer y alteraciones mutagénicas, pero se debe a un error de interpretación.

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La Unión Europea ha prohibido recientemente la utilización de dos compuestos químicos presentes en algunos esmaltes de uñas, el óxido de difenil fosfina (TPO) y la dimetil toluidina (DMTA). La prohibición ha generado una preocupación en muchos, que no han dudado en señalar que estos dos compuestos están vinculados con el cáncer y alteraciones mutagénicas, pero, ¿Es realmente esto lo que ocurre?.
Considerar estas sustancias como mutagénicas y cancerígenas no es una casualidad, es debido a una malinterpretación de una decisión normativa de la UE, que clasificó estos dos compuestos dentro de su lista CMR (Carcinógenas, Mutagénicas y Tóxicas para la Reproducción). Esta clasificación engloba a todos los productos que tienen el potencial de causar alguno de estos efectos en el ser humano. Sin embargo, esta categorización ha generado confusión, ya que no necesariamente implica que por estar en la lista provoquen los tres síntomas, ni que estos compuestos sean peligrosos en el contexto del uso habitual, ni que las evidencias científicas sobre su efecto en humanos sean concluyentes.
¿Qué son y para qué se usaban?
El TPO y el DMTA son dos compuestos químicos que, en principio, no son exclusivos de los esmaltes de uñas, sino que se utilizan también en otras aplicaciones industriales. En el caso del TPO, su función en el esmalte es la de ser un fotoiniciador, un acelerador del endurecimiento y el secado cuando la uña se pone debajo de la luz led empleada para el secado, mientras que el DMTA se utiliza como activador de adhesivo, mejorando la adherencia y durabilidad del esmalte en las uñas.
Su utilización ha sido prohibida después de una serie de estudios que han desaconsejado su presencia en cosméticos, al ser considerados como disruptores endocrinos. "Los disruptores endocrinos son sustancias químicas que pueden afectar a la secreción hormonal y consecuentemente, tener efectos adversos para la salud. Estos disruptores están presentes en muchos productos que nos rodean y pueden ser absorbidos por el cuerpo por inhalación, absorción a través de la piel o por vía oral", comenta la Doctora María Ángeles Manzanares, ginecóloga de Ginemed.
El concepto de CMR y la confusión mediática
La Unión Europea, a través de la Agencia Europea de Sustancias y Mezclas Químicas (ECHA), elaboró una clasificación llamada CMR. Esta clasificación engloba a sustancias que pueden provocar alteraciones carcinogénicas, mutagénicas (capaces de alterar el material genético) o alterar la reproducción. Si se sospecha que un químico produce cualquiera de las tres, se incluye en la lista", señala Manzanares. Sin embargo, la clasificación CMR ha sido interpretada erróneamente en algunos casos, vinculando de manera directa estos compuestos con el cáncer o malformaciones genéticas en los seres humanos.
"Estas noticias son muy escandalosas e inquietan a las personas que han estado usando los productos, pero no está demostrado que provoque cáncer ni alteraciones mutagénicas, sólo existe la posibilidad de que cause toxicidad reproductiva", afirma la experta. En el caso específico del TPO y el DMTA, se incluyeron en la lista CMR después de unas pruebas realizadas en ratas. "Las pruebas mostraron que los machos sufrieron atrofia testicular, mientras que en las hembras se observó un cambio en el ciclo menstrual", indica Manzanares.
"La inhalación de estos productos puede provocar irritación en los pulmones, los ojos o la piel, por lo que también se tiene en cuenta a los profesionales que trabajan a diario con estos productos. Además, una exposición prolongada a largo plazo provocó una inflamación del hígado y el riñón en los animales sujetos a la prueba", explica María Ángeles Manzanares.
La toxicidad reproductiva
La toxicidad reproductiva es un término amplio que se refiere a cualquier sustancia que pueda causar alteraciones en la fertilidad, el embarazo o el desarrollo fetal. En los estudios realizados, se ha observado que la exposición a altas dosis de estos compuestos podría afectar la función reproductiva. Sin embargo, el hecho de que se hayan administrado dosis extremadamente altas de manera oral a ratas y la ausencia de evidencia en humanos no se traduce necesariamente en una amenaza para la salud en condiciones normales de uso.
El enfoque de la Unión Europea
Entonces, si no se ha demostrado que estos productos afecten a la salud de las personas en la forma en la que se emplean ¿Por qué se han prohibido?. La UE, en su esfuerzo por proteger a los consumidores, ha adoptado una postura cautelosa. A pesar de que las pruebas en animales han mostrado posibles riesgos, la decisión de prohibir estos compuestos no está necesariamente relacionada con una certeza sobre sus efectos dañinos en humanos, sino con un principio de precaución.
La legislación sobre productos cosméticos en Europa es extremadamente estricta, y los fabricantes deben cumplir con normativas que aseguren la seguridad de los productos antes de su comercialización. Las sustancias de la lista CMR son sometidas a un control riguroso, y su inclusión en la clasificación puede dar lugar a la reducción de su presencia en las formulaciones o, incluso, a la prohibición de su uso.
Si bien la clasificación CMR puede implicar riesgos potenciales, la información sobre toxicidad reproductiva es aún incierta y no ha sido comprobada en humanos. "Las pacientes que hayan utilizado estos productos no tienen por qué alarmarse, esta prohibición es una precaución y creo que no es tan alarmante como se está creyendo y a día de hoy no está demostrado que en las personas tengan las mismas consecuencias que en animales", concluye la doctora.
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