Mujer estresada con dolor de cabeza

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SEGÚN EL PSICÓLOGO CLÍNICO ÁNGEL POZO

La prolongación de los días de calor en octubre provoca estrés y agresividad

Los días de calor una vez entrado el otoño, acompañados de humedad, pueden provocar estrés en las personas más vulnerables, e incrementar los niveles de tensión a la vez de provocar una mayor irritabilidad y agresividad. Las altas temperaturas, especialmente en la Comunidad Valenciana, provocan que estemos más irritables, inquietos y estar con los nervios a flor de piel.

La prolongación de los días de calor ya entrado el otoño, acompañadas por una excesiva humedad, pueden actuar como "estresores" físicos y psíquicos en las personas, especialmente en las más vulnerables, e incrementar los niveles de tensión y provocar una mayor irritabilidad y agresividad. Aunque ya estamos en otoño, las temperaturas en muchos puntos de España, especialmente en la Comunidad Valenciana, son más típicas del periodo estival, con registros que llegan a rozar los 35 grados, algo que no se medía en este mes desde hacía 145 años.

El psicólogo clínico Ángel Pozo asegura que aunque no se suele acudir al médico por el hecho de que haga más calor, sí está demostrado que los cambios de temperatura, como otras variables físicas, "son estresores".

"Está constatado que cuando estamos en situación de ambiente tórrido, húmedo e insoportable es normal estar más irritable, inquieto, incómodo, saltar a la mínima y estar con los nervios a flor de piel", afirma Pozo. A su juicio, la climatología de Valencia es "penosa en ese sentido, con temperaturas altas y niveles de humedad tremendos", algo que afecta especialmente a personas con factores de vulnerabilidad, con mayor edad o afectadas por otros problemas o factores de estrés o de tipo biológico, como las mujeres con menopausia.

"Supone apretar las tuercas al máximo y estas personas lo pasan mal porque pueden llegar a estar meses enteros durmiendo mal", apunta el psicólogo clínico, que añade que este incremento de los niveles de estrés puede conllevar un aumento de la medicación con ansiolíticos.

Esta región, según Pozo, mantiene un grado de humedad de entre el 70 y el 90 por ciento, está cerca del mar y tiene picos muy altos de temperaturas, algo que se está alargando al parecer por el cambio climático.

"Es un cóctel que a muchas personas se le hace desagradable", apostilla. Ángel Pozo señala que en el caso de las personas con trastornos de ansiedad, la pauta común en determinados cuadros clínicos es que tienen tolerancia muy baja al calor y pueden llegar a presentar problemas de agorafobia o pánico.

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