A pesar de llevar meses conviviendo con el coronavirus, no paramos de descubrir nuevas secuelas del Covid-19. ¿Cuáles son las últimas? Una de esas secuelas es el llamado 'síndrome de los dedos congelados'. La piel se vuelve azulada por la falta de riego. También se ha descubierto en niños y adolescentes una nueva enfermedad cardiovascular. Hay más secuelas, como las dificultades para hablar, la caída del cabello o los pinchazos fuertes en las articulaciones.
Un 10% de los enfermos contagiados de coronavirus, la mayoría mujeres, arrastran durante meses las secuelas de la covid-19 a pesar de haberla superado y dar negativo en las pruebas del coronavirus. Muchos pacientes describen sensación de fatiga: "Hay días que no puedo ni hacer la cama", nos cuenta Rosalía, o también mareos y dolores musculares acompañados de pinchazos que hace imposible llevar una vida normal.
Imposible llevar una vida normal
Hay quien dice sentirse como una persona de "60 u 80 años, mi padre está mucho mejor que yo de salud", cuenta Cristina Lorenzo, cuando ni siquiera ha cumplido los 40. Persisten en muchos casos las dificultades para respirar, la poca capacidad pulmonar y la fatiga.
Afecta a la memoria y al sistema nervioso
Otros pacientes describen "pinchazos y dolores muy fuertes por el cuerpo" y algunos "pérdida de memoria, desorientación, problemas para hablar".
Médicos y científicos estudian las secuelas en pacientes que han pasado el coronavirus, algunas poco frecuentes como la que afecta a Lorena González, una coruñesa de 34 años que ha contado Antena 3 Noticias cómo empezó a notar que su cuerpo se dormía. Son las secuelas neurológicas del coronavirus.
Lorena González empezó a notar cómo se le adormecía paulatinamente la parte derecha de su cuerpo, empezando por un pie, luego toda la pierna, a continuación la sensación llegaba hasta la barriga y, finalmente, le subió hasta el pecho. Fue al centro de salud de Carballo y le derivaron al hospital de A Coruña donde constataron que se trataba de Covid-19. Los médicos le han informado de que raras veces el coronavirus se manifiesta del modo que ella lo ha sufrido, con inflamación en la médula.
Sintió miedo y mucha angustia
Esta joven peluquera, de 34 años y natural de Noia aunque reside en Malpica, en un principio sintió miedo y mucha angustia, por lo desconocido de la situación y porque "no sabía cuánto tiempo iba a tener que estar aislada". Su mayor preocupación radicaba en que tiene dos hijas, una de 14 años y otra de seis meses, que nació durante el confinamiento. "No saber cuándo iba a poder abrazar a mis hijas fue algo muy duro", recuerda con tristeza.
