Alimentación

Aumentan los trastornos alimenticios entre niños de 9 y 10 años

Las redes sociales y relacionar el éxito con la delgadez pueden estar detrás de este repunte de casos en edades cada vez más tempranas

Niños a la salida del colegio

Niños a la salida del colegioIstock

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En España, cerca de 400.000 personas sufren un TCA (Trastorno de la Conducta Alimentaria). Desglosando este dato, la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia indica que uno de cada 20 adolescentes sufren alguna patología de este tipo. A pesar de que hay varios tipos de trastorno, todos tienen aspectos en común: la alteración del peso, la obsesión por la imagen corporal y la dieta, pero tras todo esto la persona sufre un gran malestar emocional.

Sin embargo, hay algo que ha alertado tanto a facultativos como a psicólogos: el nuevo perfil al que han tenido que hacer frente es ahora el de niños de 9 y 10 años, lo que supone un descenso en la edad habitual.

Las razones

Los expertos indican que después del confinamiento los casos de estos trastornos se dispararon: “En su momento, los detectamos entre muchas niñas de entre 13 y 14 años. Pero siguen siendo una constante” indican desde la Asociación de Bulimia y Anorexia de Pontevedra. Una edad que ha ido disminuyendo progresivamente y afectando también a chicos -cuando hasta hace poco era raro encontrarlos a ellos en las consultas-.

Internet y las nuevas tecnologías podrían estar detrás de este repunte de casos: “La juventud mira hacia las redes sociales donde le da especial importancia”. De hecho, en ellas se les da gran importancia al físico, por lo que niños y adolescentes acaban asociando que la delgadez es sinónimo de éxito y fama.

Por eso hay que estar en alerta ante posibles ‘síntomas’ para tratarlo cuanto antes. Las personas que sufren estos trastornos, al principio, retiran de su dieta la comida basura y los alimentos precocinados y son sustituidos por más verduras. A priori, esto podría estar relacionado con un hábito saludable, sin embargo, el problema viene cuando se reducen cantidades de alimentos ingeridos.

¿Qué hacer ante una sospecha?

Desde ABAP recomiendan acudir al médico de cabecera para hacer una valoración. Además desde la propia asociación ofrecen consultas y asesoramiento psicológico. Y no solo para aquellos que lo sufren si no que también para su entorno. Por eso el problema debe abordarse de manera conjunta.

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