Alimentación
Los aceites de semillas, en jaque: la ciencia pone la lupa sobre ellos
Aceites como el de canola, soja o girasol, se encuentran bajo el microscopio para determinar si son aptos para la salud, sobre todo en la comida rápida.

Publicidad
Los aceites de semillas forman parte de la gastronomía a nivel mundial, estos se extraen de semillas como canola, maíz, soja y el más consumido en España, girasol. Son productos muy utilizados como ingredientes de algunas recetas y contienen una alta cantidad de ácidos grasos como el omega seis o el acido linoleico, utilizados normalmente en la comida rápida.
Planteamiento principal
El consumo de estos aceites esta normalizado en la sociedad, pero algunos usuarios defienden que después de su consumo, normalmente en comida rápida, se encuentran hinchados, pesados y lentos. Algo que la teoría achaca al exceso del ácido linoleico, que una vez se ingieren podrían convertirse en compuestos inflamatorios provocando así el malestar intestinal y la inflamación. Una situación que la ciencia continua investigando, ya que no tienen claro que sean compuestos insalubres.
En este caso ha sido el Doctor Zac Turner el que ha puesto en duda esta situación, afirmando en su sección del 'New York Post' que los aceites de semillas definitivamente se están investigando. Explicando que son productos muy complejos y que por ello se ponen bajo el microscopio para determinar si son insalubres.
Batalla de investigaciones
Respecto a este tema existen bastantes estudios que analizan el consumo de los aceites de semillas y sus posteriores efectos en el organismo humano. Entre ellos encontramos algunos que determinan que la ingesta de aceites vegetal comestibles no es beneficiosa, ya que producen estrés oxidativo, un desequilibrio entre los radicales libres y los antioxidantes en el cuerpo, provocando así daños en las células. Lo que con el tiempo podría contribuir al desarrollo de enfermedades como el cáncer o enfermedades cardiovasculares. Otros defienden que el ácido linoleico es contraproducente para el sistema digestivo, debido a su cualidad inflamatoria. Estudios que defienden ideas poco contrastadas y que la ciencia no cree al 100%, por ello existen muchas más investigaciones que defienden que este producto no es malo en si, sino que depende de su elaboración.
Por ello un estudio realizado por 'Frontiers', contrastó análisis de pacientes que sufren diabetes y dislipidemia, la alteración en los niveles de lípidos (grasas) en sangre. Dictaminando que algunos aceites de semillas como el de canola y el de sésamo, pueden mejorar los perfiles lipídicos, el control de la glucosa y el estrés oxidativo. De tal forma que demostraron todo lo contrario que en un principio se defendía.
Otra investigación mucho más amplia, publicada en 'Science Daily' y realizado a casi 2.000 personas, determina que los niveles más altos de ácido linoleico en la sangre se relaciona con una menor inflamación y una mejor salud del metabolismo. Desafiando al teoría de que los aceites de semillas impulsan la inflamación y el hinchazón estomacal.
La realidad de este producto
Tras varios estudios y teorías médicas, los investigadores llegan a una conclusión lo más lógica posible. Los aceites refinados no son malos en origen, lo que no es beneficioso es la forma en la que se elaborar o si son refinados. Es decir, este producto es sano cuando se extrae de la forma correcta y no se refina con productos industriales. Destacando también el producto en el que se utiliza, como al comida rápida que por lo general contienen un gran cantidad de grasa y se cocinan en aceites muy degradados, siendo este el problema.
En definitiva es producto de calidad cuando se obtiene correctamente y se puede consumir siempre que no sea en exceso, que es lo que produce muchas veces el malestar y la inflamación.
Más Noticias
Síguenos en nuestro canal de WhatsApp y no te pierdas la última hora y toda la actualidad de antena3noticias.com
Publicidad