Australia

Un zoólogo se declara culpable de violar, torturar y matar a decenas de perros

El hombre, australiano, también asegura ser culpable de acceder y compartir material sexual de abuso a menores.

Conjunto de perros

Conjunto de perrosPixabay

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Adam Corden Britton es un zoólogo australiano que se ha declarado culpable de violar, torturar y matar a decenas de perros. El hombre era experto en cocodrilos.

Del mismo modo, también aseguró haber accedido y compartido contenidos de abuso sexual tal y como fuentes judiciales han indicado.

Se declaró culpable de los hechos

Ante el Tribunal Supremo del Territorio Norte, el zoólogo se declaró culpable de los hechos el pasado 25 de septiembre. Esta representa la máxima instancia de esa jurisdicción australiana. El hombre se enfrenta a 56 cargos por abusos a animales y por acceder y difundir material sexual de abuso a menores.

Éstos no fueron los primeros casos de Britton, y al parecer, había violado a dos de sus mascotas en su vivienda rural australiana, en la ciudad de Darwin, desde 2014, por lo menos tal y como se especifica en los documentos de la fiscalía a los que accedió la agencia EFE.

Ha matado a 39 de 42 perros

Del mismo modo, aseguran que desde el 17 de noviembre de 2020, hasta el 22 de abril de 2022, el día en el que fue detenido, el hombre había matado de forma intencionada por lo menos a 39 de los 42 perros que había comprado a través de un portal de Internet, incluyendo cachorros. Todo esto lo hizo después de haberlos torturado y violado, tal y como se explica en los documentos judiciales.

Y su modus operandi era el de enviar fotos a los dueños de las mascotas que tanto por motivos de viaje o por trabajo, le habían vendido el animal al zoólogo asegurándose que los animales se encontraban en perfecto estado y muy cuidados.

Esto lo hacía antes de torturarlos, violarlos y matarlos en un contenedor, lleno de cámaras y dispositivos de grabación que recogían todo lo que el hombre de 51 años llevaba a cabo en el interior de su propiedad. Posteriormente, el contenido lo difundió a través de un grupo infectado en Telegram bajo un seudónimo, y pasaba material a personas que tenían ciertas inclinaciones al maltrato animal y actividades sexuales con animales.

El pasado año, la Policía encontró que el hombre tenía ordenadores, teléfonos, cámaras y discursos duros, además de armas, juguetes sexuales. En su propiedad, también se encontraron restos de animales y cadáveres de cachorros entre otras cosas.

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