Derrick y Monique Rodgers, una pareja de Arizona (Estados Unidos), estaban expectantes ante el nacimiento de sus hijos. Los pequeños nacieron antes de lo previsto en el Centro Médico Regional de Chandler, pero lo que parecía que iba a ser un momento maravilloso, se convirtió en toda una pesadilla para los padres.
El personal sanitario estaba cogiendo a los niños cuando a uno de los médicos se le escurrió uno de los bebés, que acabó golpeándose contra la cuna, tal y como se pueden ver en las imágenes grabadas por el padre de los pequeños.
Días después del incidente, el bebé tenía vómitos y temblores y lejos de disculparse con ellos, los médicos no les informaron de lo que ocurría.
Fue entonces cuando se enteraron por un pediatra externo que su hija sufría una hemorragia cerebral. "Nunca nos informaron sobre eso, nunca lo escuché de la boca de los médicos. Si nos hubieran dicho que iban a hacerle pruebas, hubiéramos hecho un esfuerzo para quedarnos y saber qué estaba pasando, explica Derrick, que lamenta que los mandaron a casa "como si todo estuviera bien".
Los padres se quejan del trato recibido en el hospital y aseguran que el médico al que se le cayó el niño no se disculpó después de ver las imágenes. "Me enfurecí mucho. Tuve que parar de grabar", asegura el padre.
Por su parte, la madre de los niños dice que se sintió como si su hija hubiera sido tratada como un saco de patatas.
Por ello, y con el objetivo de concienciar a otros padres sobre este asunto, Monique publicó el vídeo en su cuenta de Facebook a la espera de recibir una respuesta del hospital.
Desde entonces, las imágenes han sido compartidas más de 53.000 veces y el vídeo acumula más de 1.6 millones de reproducciones.
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