Guerra Rusia y Ucrania

VÍDEO: Las duras imágenes del ataque contra la estación de Kramatorsk que difunde Human Rights

La organización asegura que este ataque fue una "violación de las leyes de la guerra y un aparente crimen de guerra".

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Human Rights Watch (HRW) ha publicado duras imágenes del ataque contra la estación de tren de Kramatorsk perpetrado por Rusia en abril de 2022. En ellas se ve a grupos de personas tratando de escapar del lugar para salvar su vida tras la explosión de un misil que portaba munición de racimo.

HRW ha especificado en un informe sobre el suceso que una de las armas utilizadas fue un misil balístico Tochka-U tipo 9M79K-1, mientras que la submunición fue la 9N24, que contiene 1,45 kilogramos de explosivos. Estas armas mataron a 59 personas e hirieron a más de 100.

"Sigue siendo uno de los incidentes individuales más mortíferos para los civiles desde que comenzó la invasión a gran escala de Rusia en Ucrania", ha indicado la institución que también ha acusado a Rusia de llevar a cabo "crímenes de guerra" y ha pedido investigar a los comandantes rusos responsables de ejecutar la orden.

"El terrible e ilegal ataque de Rusia contra la estación de tren de Kramatorsk mató e hirió a civiles que intentaban desesperadamente huir de los combates. Los efectos brutales de las municiones de racimo contra grupos de gente deben una llamada de atención para que las fuerzas rusas dejen de usar estas armas prohibidas", ha denunciado el investigador para Crisis y Conflicto de HRW, Richard Weir.

Rusia usó bombas de racimo en Ucrania

Vladyslav Kopychko es uno de los supervivientes. El día del ataque se encontraba en la estación, acompañado por algunos miembros de su familia, esperando un tren que llegaría al mediodía. Sin embargo, lo que llegó no fue el tren sino la primera de varias explosiones. "Era la munición que estaba cayendo y fui el único que sobrevivió allí", ha contado.

El joven logró salvar su vida al refugiarse debajo de uno de los bancos de la estación, pero sufrió graves lesiones en la espalda y la pelvis por el impacto de fragmentos de metal. "Si no hubiera escuchado el sonido, no me habría escondido y podría haber sido asesinado", ha relatado.

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