Petróleo

El veto al petróleo de Rusia provoca un inédito atasco de buques en Turquía

Colapso marítimo en Turquía. El veto de la Unión Europea al petróleo ruso ha dejado varados a decenas e buques en la frontera euroasiática.

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La decisión de la Unión Europea de vetar el petróleo ruso empieza a tener consecuencias en el comercio marítimo. Decenas de buques han quedado atascados en Turquía después de que el bloque comunitario haya tomado medidas para poner tope al petróleo ruso y seguir su cruzada contra la economía rusa. De hecho, en Rusia ya reconocen que los temores de una grave recesión son auténticos y que habrá que tomar medidas contundentes.

Ahora, varios buques permanecen atascados en Turquía y todo ello por las garantías que le son exigidas a estos buques para poder cruzar la 'frontera' marítima. Aproximadamente 20 millones de barriles están en todos estos buques y todavía se ignora cómo se conseguirá desbloquear el tráfico marítimo, aunque empieza a preocupar la situación por la posibilidad de que se prolongue en el tiempo y se termine por alargar con el paso de los días.

Esta situación recuerda ligeramente a la que hubo el año pasado en el Canal de Suez, uno de los principales puntos de comercio marítimo del mundo, después de que un buque quedara encallado y decenas de transportes estuvieran atrapados durante días. Tras casi una semana de trabajo, se logró liberar al barco del atasco, aunque se valoró en más de 50.000 millones de dólares el total de pérdidas que hubo como consecuencia de este desafortunado bloqueo.

Rusia asegura que no se quedará de brazos cruzados

El tope al petróleo ruso no ha hecho la más mínima gracia al Kremlin, que ya ha avisado de que hará pagar a Europa semejante medida. Si bien no ha aclarado cómo, desde la Unión Europea ya dan por sentado que aumentarán los precios de todos sus productos o incluso tratarán de sellar alianzas comerciales con socios habituales como China para evitar que los productos europeos se distribuyan con la misma intensidad que ahora por el mundo.

El Kremlin ha arremetido en reiteradas ocasiones contra la Unión Europea por lo que ellos consideran como un plan para intentar destrozar su economía, desde que empezara la invasión de Ucrania el pasado 24 de febrero. Por entonces, se valoró desconectar a Rusia del sistema SWIFT para llevar a la quiebra a todas sus entidades financieras, un hecho que analizaron todos los economistas del mundo ante la posibilidad de un desplome bursátil sin precedentes.

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