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A PARTIR DE MARZO

Varias cadenas de supermercados de Reino Unido prohíben la venta de bebidas energéticas a menores de 16 años

Cefaleas, arritmias o insomnio son algunas de las consecuencias de tomar en exceso bebidas energéticas. Un reciente estudio certifica que uno de cada dos adolescentes ha sentido esos efectos negativos.

Para estudiar, salir de fiesta o mejorar la concentración. Son algunos de los usos más comunes de las bebidas energéticas, aunque según un estudio realizado a más de 2.000 jóvenes de 12 a 24 años, más de la mitad sufren efectos negativos después de beberlas.

Varias cadenas de supermercados de Reino Unido han prohibido su venta a menores de 16 años después de que el conocido chef Jamie Oliver haya impulsado una campaña bajo el hashtag 'No para niños' y en la que denuncia que una lata de bebida energética equivale a dos cafés expresos y doce cucharadas de azúcar.

Uno de sus principales lugares de consumo son las discotecas y a veces se mezcla con alcohol, una combinación que puede suponer riesgos aún mayores. Muchos jóvenes conocen sus consecuencias pero confiesan que en ocasiones sí han tomado este cóctel. También, en medio de la época de exámenes muchos toman las bebidas energéticas para mantenerse despiertos.

Los expertos recomiendan precaución y control ante las dosis de cafeína o azúcar que contienen, sobre todo entre su público más fiel: los adolescentes.

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