Policías afganos patrullan Kandahar, Afganistán

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RESPUESTAS A LA MUERTE DE BIN LADEN

Los talibanes lanzan ataque múltiple contra edificios oficiales en Kandahar

Comandos de insurgentes, varios de ellos suicidas, lanzaron un ataque múltiple contra edificios oficiales en la ciudad meridional afgana de Kandahar, horas después de que el movimiento talibán prometiese vengar la muerte de Osama bin Laden.

 

El ataque más grave tuvo como escenario la oficina del gobernador regional en la ciudad, que causó heridas al menos a diez personas, según explicó una fuente oficial.

"Al menos diez personas, incluidos civiles y militares afganos, han resultado heridas" en el ataque contra la oficina del gobernador de la provincia de Kandahar, dijo el portavoz de ese representante político, Zalmai Ayubi.

Algunos miembros de este comando intentaron sin éxito acceder a una comisaría de la Policía, pero fueron tiroteados o detenidos por las fuerzas de seguridad, mientras que el resto de los agresores se atrincheró en un hotel y siguió disparando desde allí.

De manera simultánea, otro grupo de insurgentes atacó un edificio de los servicios de inteligencia afganos y un complejo policial en las afueras de la ciudad, según la fuente, que precisó que durante la jornada se registraron en total una decena de explosiones.

Un representante talibán, Mohamad Yusuf Ahmadi, confirmó que en el ataque múltiple participaron "varios combatientes", entre ellos "suicidas", y aseguró que causaron un gran número de víctimas.

La ofensiva, que duró algo más de cuatro horas hasta que las fuerzas de seguridad recuperaron el control, llega poco después de el movimiento talibán anunciase que la muerte del líder de la red Al Qaeda, Osama bin Laden, "dará un nuevo impulso" a su lucha.

Los talibanes habían optado hasta ahora por no pronunciarse sobre la muerte de Bin Laden alegando falta pruebas que la confirmasen.

Hoy, en cambio, el portavoz talibán Zabiulá Muyahid aceptó como válida la confirmación emitida ayer por Al Qaeda de que Bin Laden fue abatido en una operación de fuerzas especiales de EEUU el pasado lunes en el norte de Pakistán.

Muyahid calificó la muerte de Bin Laden de "gran tragedia" para el movimiento insurgente afgano. Los talibanes argumentaron que EEUU está equivocado si cree que "la moral y los combatientes del movimiento insurgente se debilitarán" tras la muerte de Bin Laden, y subrayaron que ello "guiará a cientos a tomar el camino del martirio y el sacrificio".

Actualmente hay en el país unos 150.000 soldados extranjeros, la mayoría estadounidenses, aunque a partir del próximo julio la OTAN comenzará a transferir la competencia de la seguridad a la Policía y el Ejército afganos.

El traspaso de esta responsabilidad concluirá en 2014 si se cumple el plazo previsto, pero la Alianza Atlántica ha asegurado que mantendrá su presencia en Afganistán tras esa fecha. Entretanto, el Gobierno afgano está intentando desde hace meses con escaso éxito llevar a la mesa de negociaciones a los diferentes grupos insurgentes.

Kandahar, una provincia en la que la OTAN lanzó una gran operación militar en 2010, está considerada el centro espiritual del movimiento talibán afgano y es escenario habitual de incidentes de violencia.

Entre los más recientes están la fuga el 25 de abril por un túnel de 500 presos de la sección política de la prisión de la capital provincial, la mayoría de ellos talibanes, y el asesinato del jefe de la Policía regional en un atentado suicida diez días antes.

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