Esta visita, que ha seguido a la efectuada ayer por los familiares de los fallecidos, centró los actos de la segunda de tres jornadas de luto por las víctimas de los atentados, a punto de cumplirse un mes desde que se produjeron, y que se cerrarán mañana con un memorial en el Oslo Spektrum.
Cerca de un millar de personas, entre supervivientes y acompañantes, han llegado por la mañana a Utvika, frente a la isla en la que Breivik disparó indiscriminadamente contra decenas de personas, casi todos jóvenes que asistían al campamento de las Juventudes Laboristas (AUF, por sus siglas en noruego).
Desde allí embarcaciones del Ministerio de Defensa los trasladaron a Utoya, donde se preservó su intimidad, apenas alterada por algunos policías, médicos y personal de ayuda psicológica, ya que no hubo cobertura mediática por decisión de las autoridades noruegas, extensiva a los otros actos conmemorativos, menos el memorial.
Muchos de los jóvenes encendieron velas y depositaron flores o cartas en los lugares en los que el fundamentalista cristiano disparó a sus compañeros, según relató al término de la visita Eskil Pedersen, secretario de las AUF.
"Es duro ver de nuevo los lugares donde fueron asesinados tus amigos, aunque a la vez ha sido bueno regresar a un sitio donde concentrarse sobre la pena", ha dicho al desembarcar en Utvika Pedersen, superviviente de la masacre y que admitió que piensa en lo ocurrido cada día y a veces no puede evitar llorar.
Pedersen ha destacado que las reacciones de los supervivientes han sido distintas y que para algunos es demasiado pronto para volver después de cuatro semanas.
"No todos los que estaban en la isla han vuelto hoy. Y debemos tener absoluto respeto por que la gente reaccione de forma distinta. Algunos volverán más tarde, mientras otros probablemente nunca quieran hacerlo", ha declarado.
En un intento por devolver la normalidad a la isla, precintada por la policía desde el día 22 y que estuvo abierta ayer y hoy para la visita de familiares y supervivientes, las AUF programaron para el final una reunión donde hubo canciones y discursos, entre ellos, el del primer ministro noruego, el laborista Jens Stoltenberg.
"Fue muy bueno ver a los miembros de las AUF sonreír en Utoya de nuevo", señaló Pedersen. El ministro de Industria y exsecretario de las AUF (1992-1996), Trond Giske, también se mostró optimista tras visitar la isla, considerada desde hace décadas el paraíso de la juventud socialdemócrata noruega.
"Seguramente habré estado en Utoya cientos de veces, pero esta vez fue muy especial. Ha sido estupendo ver cómo los unos cuidaban de los otros", ha dicho Giske.
Los supervivientes y los familiares de las víctimas de Utoya se reunirán más tarde en un céntrico hotel de Oslo, en una actividad organizada por el Ministerio de Sanidad y Servicios Sociales.
Este organismo es el responsable también de la visita que realizarán a lo largo de la tarde los supervivientes y los familiares de las víctimas del otro ataque en el que murieron ocho personas al estallar una bomba en el complejo gubernamental, en el centro de Oslo.
Breivik, de 32 años y autor confeso de la matanza, hizo explotar un coche bomba en Oslo el 22 de julio y, justo después, se desplazó a Utoya para abrir fuego indiscriminadamente contra los jóvenes, la mayoría de entre 14 y 19 años.