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con 42 inmigrantes a bordo

'Sea Watch' desafía al gobierno italiano y pone rumbo a Lampedusa

Una embarcación de la ONG "Sea Watch" ha entrado en aguas italianas con 42 inmigrantes a bordo. La capitana es una joven alemana de 31 años que desafía así la prohibición del Ministro del Interior, Matteo Salvini. Alega motivos de emergencia. Salvini ha advertido que hará lo posible para evitar que lleguen a Lampedusa.

El ministro del Interior italiano, Matteo Salvini, ha recalcado que ninguno de los 42 migrantes que aún quedan a bordo del barco de rescate de la ONG Sea-Watch podrá desembarcar en Italia a menos que otros países de la UE se comprometan a aceptarlos. "No desembarca nadie, a menos que alguien se haga cargo inmediatamente de quienes desembarcan" para hacerlos llegar a Países Bajos, Alemania o Bruselas, ha advertido Salvini, visiblemente molesto con la decisión de la ONG de entrar en aguas territoriales italianas.

Como en días anteriores, Salvini ha insistido en la responsabilidad de Países Bajos, país del que porta bandera el 'Sea-Watch 3', y Alemania, como país de origen de la ONG, en este caso y se ha mostrado muy crítico con la respuesta que ha llegado desde estos dos países y también desde Bruselas. En su opinión, lo ocurrido es "la enésima demostración de que la UE en términos de inmigración no existe".

En un mensaje en directo a sus seguidores en Facebook, el viceprimer ministro italiano ha echado en cara a Bruselas que exija a Italia reducir el gasto y amenace con abrirle un proceso de infracción mientras desde hace años se deja al país "solo" en la lucha contra la inmigración.

Por otra parte, ha dejado claro que la capitana del barco "pagará las consecuencias" y deberá responder ante la legislación italiana, que contempla la detención de los comandantes de los barcos de rescate de ONG que lleven a migrantes a puertos italianos. "Si alguien infringe la ley pagará las consecuencias hasta el final", ha insistido repetidamente. Salvini ha asegurado que "Italia no está dispuesta a ser puerta de entrada" para personas que, según él, "no tienen ningún derecho de entrar" y mucho menos a que sean las ONG quienes dicten quiénes llegan al país.

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