Unión Europea
Reticencias entre los países de la Unión Europea al embargo del petróleo ruso
Países como Hungría o Eslovaquia tienen dudas respecto al veto al petróleo en el nuevo paquete de sanciones a Rusia anunciado por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen.
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La propuesta de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, de incluir en el próximo paquete de sanciones a Rusia el veto al petróleo ruso ha generado dudas en países como Hungría, Eslovaquia y República Checa. Estos países reclaman medidas específicas y más tiempo para adaptarse al potencial embargo.
La Unión Europea (UE) cubre con importaciones el 60% de su consumo energético. Desde Rusia procede el 27% del petróleo que compraron los 27 Estados miembros el año pasado. El país ingresó 74.000 millones de euros por el petróleo vendido a la UE.
El veto al petróleo ruso sería gradual y con soluciones para Hungría y Eslovaquia. "Seamos claros, no será fácil", ha dicho Von der Leyen, al asumir las complicaciones de aplicar dichas sanciones.
Distintas opiniones
Bruselas plantea una transición hasta finales de año. El plan europeo depende del consenso de los Estados miembros. El Gobierno húngaro ha dado a entender que no lo apoyará. "Siendo responsables, no podemos apoyar esta versión del paquete de sanciones de Bruselas", ha reconocido el ministro de Exteriores, Peter Szijjarto.
Szijjarto apunta que el plan europeo "destruiría" la seguridad energética de Hungría. El país recibe más del 60% de su petróleo desde Rusia.
Sí lo ha hecho Eslovaquia, aunque ha dado su apoyo al nuevo paquete de sanciones, ha pedido un periodo de transición más amplio. El ministro de Economía, Richard Sulik, ha pedido que no se compare las peticiones eslovacas con las húngaras.
Sulik apela a la "solidaridad" europea para permitir que Eslovaquia pueda "adaptarse" a la nueva situación. Dejar de depender del petróleo ruso le costará a Eslovaquia unos 160 millones de euros, según las estimaciones del Ejecutivo.
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Por su parte, el primer ministro de República Checa, Petr Fiala, ha reconocido las reservas de su Ejecutivo con la aplicación de los nuevos castigos y planea una fase de dos o, incluso tres, años antes para poder construir nuevos oleoductos.
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