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TIENE 600 AÑOS

Restaurado el reloj astronómico de Praga

Con puntualidad británica y precisión suiza pero está en Praga. Allí lleva seis siglos marcando las horas. El reloj astronómico es una de las atracciones turísticas de esta romántica ciudad. Las figuras que lo adornan han sido pintadas y restauradas. Han sufrido las inclemencias del tiempo y de las palomas. No era rehabilitado desde la segunda guerra mundial.

Cada hora en punto, decenas de turistas se congregan frente a él apuntándole con los objetivos de sus cámaras. Cuenta la leyenda que los maestros constructores de este reloj fueron cegados para no poder hacer otro igual. Sus manecillas no se han cansado de girar en seis siglos. Y hoy nadie las conoce mejor que este hombre: Petr Skála.

Este maestro relojero asegura: "Es el reloj más bonito del mundo, además del más antiguo porque ningún otro lleva trabajando 600 años".

En él cabe la vanidad, la avaricia, la muerte y la lujuria. Son las cuatro figuras alegóricas que le flanquean. Cada hora, entre las nueve de la mañana y las 9 de la noche, se ponen en movimiento junto a los doce apóstoles que desfilan precedidos por San Pedro. La muerte avisa con su campana de que el tiempo pasa, el avaro mueve su bolsa y el vanidoso se mira en el espejo. Todo un ritual legendario que acaba de ser restaurado por los daños de la lluvia, el viento o el sol.

"Este reloj no había sido restaurado desde la segunda guerra mundial" asegura Skála. "Pero aún quedan cosas por arreglar. Creo que en tres años debería hacerse una rehabilitación completa. Pero sin añadirle nada, es una pieza única sin igual".

Fue uno de los relojes astronómicos europeos que se construyeron entre los siglos XIV y XV. Sus diferentes manecillas indican también los meses del año, o la posición del sol y la luna sobre Praga. Una ciudad que resiste como él, marcando el tiempo que no cesa.

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