Estados Unidos afronta este martes otras elecciones las legislativas o también llamadas de mitad de mandato. Los demócratas pueden perder la mayoría en el Congreso. El revés sería especialmente duro en el Senado. Unas elecciones marcadas, además, por la irrupción del ultraconservador movimiento del 'Tea Party'.
Envuelta en la bandera norteamericana la candidata del 'Tea Party' al Senado, Sharron Angel, afila sus garras. "Harry Reid ha llevado a Nevada a su punto más bajo, y a mi me llama extremista".
El aludido, uno de los pilares de Obama en el Senado, se aplica la lección "solo tenemos tres cosas en la cabeza, trabajo, trabajo y trabajo". Y és es precisamente el eje de la campaña.
Con un 20% de paro, la tasa más alta de EEUU, el estado de Nevada ve cómo los embargos se disparan, el turismo se retrae y su economía no despega. Es sólo un ejemplo de lo que se juega en estas elecciones legislativas.
Los republicanos apuestan fuerte por adelgazar el estado, bajar los impuestos y reducir gastos, aunque no los de campaña. A pesar de la crisis, ambos partidos han gastado más de 2.000 millones euros en publicidad, sobre todo en televisión, haciendo de estas elecciones las más mediáticas de los últimos tiempos.
Y es que hay mucho en juego. Si los demócratas pierden el control del Congreso proyectos clave de su campaña, como el cierre de Guantánamo, podrían quedar en nada.
Aún así Obama está centrando sus esfuerzos en salvar la mayoría en el Senado. "Vamos a restaurar nuestra economía, vamos a reconstruir nuestra clase media, y vamos a reivindicar el sueño americano para las futuras generaciones, Dios os bendiga y Dios bendiga a América", ha asegurado Obama.
La estrategia es recuperar la ilusión de un electorado frustrado tras dos años de promesas y pocos resultados.
