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Por qué la vuelta de los talibanes a Afganistán aumenta la amenaza de atentados terroristas en Occidente

Según los expertos, Afganistán se convertirá en refugio para grupos terroristas como Al Qaeda y Estado Islámico. Tendrán espacio, infraestructuras, combatientes y armas para planificar nuevos atentados.

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Tras la retirada de las tropas estadounidenses y la rápida conquista del territorio de Afganistán por parte de los talibanes, muchos se preguntan qué significa su regreso al poder para el terrorismo internacional. La última vez que el régimen talibán gobernó Afganistán lo hizo con mano de hierro y permitiendo las actividades de Al-Qaeda, un movimiento yihadista transnacional que llevó a cabo el mayor ataque terroristade la historia contra EEUU, lo que provocó la invasión del ejército norteamericano en 2001.

El terrorismo en Occidente

La comunidad internacional y los civiles afganos recuerdan lo que sucedió la última vez que los talibanes estuvieron en el poder. Por eso, es entendible que la gente piense en el regreso de los grupos terroristas a la región y el riesgo del yihadismo internacional.

Los expertos aseguran que el regreso de los talibanes será una bendición para el yihadismo internacional porque es una victoria para Al Qaeda. El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinkin, ha afirmado que "no les conviene" permitir que Al Qaeda use Afganistán como base logística para ataques terroristas internacionales, como hizo en el pasado.

"Hay más de 3 o 4 grupos terroristas que se refugian ahí" ha explicado la periodista y colaboradora de Antena 3 Noticias, Pilar Cebrián, en el programa Espejo Público. Otros minimizan los lazos entre los talibanes y Al-Qaeda. Confían en el deseo de los talibanes de lograr legitimidad internacional y su necesidad de que la ayuda internacional continúe fluyendo hacia el país para permitir el crecimiento. Sin embargo, ignoran el hecho de que talibanes y Al Qaeda tienen su propia relación.

Los talibanes y Al Qaeda

Durante 20 años la Coalición ha tratado de conquistar la región pero nunca pudo librar a Afganistán de Al Qaeda por completo. El régimen talibán tampoco ha renunciado a sus vínculos con el grupo terrorista.

Los talibanes y Al Qaeda están alineados ideológicamente, llegando incluso a que los miembros de Al Qaeda en Afganistán se hayan fusionado con los talibanes durante las décadas siguientes a la "guerra global contra el terrorismo" ejecutada por EEUU.

Según explica en un artículo de The Guardian Lydia Khalil, investigadora del Lowy Institute y experta en terrorismo internacional, "los ex combatientes extranjeros de Al Qaeda se han convertido en residentes permanentes en Afganistán, solidificando su relación a través de matrimonios mixtos y experiencia de combate conjunto. Los talibanes aún continúan manteniendo vínculos activos con Al Qaeda a pesar de negar públicamente este hecho".

Por el momento, Al Qaeda se mantiene en silencio, esperando que los talibán tomen el control total y que se asegure la retirada de las tropas extranjeras. Con un renovado Afganistán, Al Qaeda tendrá territorios, infraestructuras, milicianos y armas para planificar el regreso y ejecutar campañas terroristas internacionales en todo el mundo.

Talibán y Estado Islámico

El regreso de los talibanes impulsa a otros grupos terroristas como el Estado Islámico, rival de Al Qaeda. Una facción de ISIS conocida como Estado Islámico en Khorasan (ISISK), ha aumentado sus ataques en los últimos meses en previsión de una retirada de las tropas de Estados Unidos.

Para los talibanes consolidar su control de todo Afganistán no será tarea fácil. Hay espacios no gobernados, una oportunidad para que operen otros movimientos yihadistas rivales. Algunos grupos terrorista como Al Qaeda celebran el régimen talibán pero otros extremistas son críticos con las ambiciones políticas.

Si los talibanes encuentran una fuerte oposición podría estallar un conflicto civil que sumergiría a Afganistán, una vez más, en la violencia y el caos. Caldo de cultivo para yihadistas, que podrían explotar estas condiciones y operar desde territorios no gobernados.

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